Al darse la mano, la crisis económica y la burocracia han provocado a menudo situaciones como las que desde hace dos años padecen los vecinos de un edificio de Pascual Veiga, en el barrio de Os Duráns (Vilagarcía), que ven impotentes como la maleza y las zarzas de un solar colindante con su propiedad crecen sin parar.

La presidenta de la comunidad de propietarios del inmueble, y máxima afectada por la situación, ya que vive en uno de los bajos, Lara González, asegura que "esto es una vergüenza. En el Ayuntamiento va todo exageradamente lento".

Y es que han presentado varias reclamaciones en el Concello para que ejecute la limpieza con carácter subsidiario, pues los propietarios del solar dieron en quiebra, pero la administración municipal les responde una y otra vez que todavía no han terminado con la tramitación del expediente.

El solar abandonado es una pequeña parcela situada en la intersección entre las calles Pascual Veiga y Eduardo Pondal. Era propiedad de la misma empresa que construyó varios de los edificios del entorno, pero quebró con la crisis económica, y el solar quedó abandonado. Con el tiempo, la vegetación empezó a crecer sin control, y los vecinos acudieron al Concello para que limpiase, al no hacerlo los dueños.

Entonces, lo que hizo Ravella fue iniciar un expediente, y remitir las primeras órdenes de limpieza a la empresa. Pero los residentes en Pascual Veiga creen que el Ayuntamiento no ha hecho los deberes con la suficiente diligencia, puesto que la primera reclamación formal es de mediados de 2016, y la puso la administración de fincas que lleva el papeleo de la comunidad de vecinos.

"Las zarzas crecen y crecen. Yo ya puedo coger moras sin salir de casa, con solo asomarme a la ventana. La acera está intransitable, y los padres tienen que decirles a los niños que se bajen de la acera y que vayan por la carretera. Ya le falta poco para tener las zarzas en el portal del edificio", se lamenta Lara González.

Los afectados creen que el Ayuntamiento debió ejecutar la limpieza de oficio hace ya mucho, para evitar esta situación de insalubridad en pleno casco urbano. "Los vecinos están muy molestos. Hablamos de este problema en todas las reuniones de vecinos. Estamos convencidos de que si estuviésemos en Ravella, Rey Daviña o Castelao, el solar ya llevaría limpio desde hace muchos meses, pero como vivimos en Os Duráns... Pero nosotros pagamos nuestros impuestos para tener las aceras limpias, como la gente del centro".

Alega además que la vegetación es un foco de insalubridad, y que "yo ya no abro la ventana de casa para que no me entren los bichos". La situación también afecta a los residentes en la calle perpendicular, Eduardo Pondal, pues la maleza ha adquirido tal tamaño que incluso está a punto de tirar la valla metálica del cierre. Ya la ha inclinado casi 45 grados, de modo que ese tramo de acera también está intransitable.

Lara González ha presentado su propia reclamación. Dentro de algo más de dos semanas se cumplirá un año desde que la registró en Ravella. Entre tanto, fuentes conocedoras del caso afirman que el Ayuntamiento ya envió a los propietarios de la finca el requerimiento formal de limpieza. Pero por ahora no ha surtido efecto.