Como si del río Guadiana se tratase, el proyecto del parque acuático de Meis aparece y desaparece periódicamente. Se intentó hacer en la comunidad de montes de San Tomé, pero los vecinos se negaron. Después, el alcalde, José Luis Pérez, dijo que intentaría hacerlo con financiación pública, pero el elevado coste (unos seis millones de euros) suponía una utopía en tiempos de crisis.
Ahora sí, los vecinos de San Vicente parecen dispuestos a darle una oportunidad a la empresa, aunque en Penente no las tengan todas consigo y teman que el proyecto acabe dando más sinsabores que alegrías.
El Ayuntamiento publicó durante unos días el Plan Especial en su página web, aunque no tardaría en retirarlo. Ahora parece haberse dado un nuevo paso, aunque en la práctica hace ya casi nueve años que la parroquia de San Vicente votó en asamblea a favor del parque.
La superficie de la parcela que quiere alquilar la empresa dobla la del parque acuático de Cerceda, en A Coruña, si bien el de Meis tendría otras instalaciones, para atraer el resto del año a las excursiones de colegios que ahora acuden a zonas naturales como Cotorredondo o a granjas escuelas. O Salnés se sumaría así al negocio de los "acuaparks", que en Portugal y el Levante son un auténtico maná.
