Los vecinos de la comarca de O Salnés y del territorio Ullán se muestran tan "preocupados" como "indignados" tras conocer a través de FARO DE VIGO, la mayoría con indudable estupor, que hay jóvenes que arriesgan sus vidas en el viaducto interprovincial del Tren de Alta Velocidad (TAV), que cruza sobre el río Ulla para unir los municipios de Catoira y Rianxo a través de un tablero situado a una altura de sesenta metros.

"Es una barbaridad y una auténtica temeridad"; "el día menos pensado ocurrirá una desgracia" o "estos chicos son unos inconscientes". Esos eran los testimonios más repetidos ayer por los ciudadanos, tras leer la noticia publicada por el decano de la prensa nacional, tanto en las conversaciones de taberna como en las redes sociales. Las mismas, por cierto, que usan los adolescentes para presumir de sus "proezas" sin importarles el riesgo que entrañan.

"Mi hija tiene amigos que cuelgan sus fotos en Instagram, e incluso hay vídeos que comparten en sus 'historias' y se borran a las 24 horas", explicaba ayer un vecino de Rianxo.

"En esas fotos y selfis puede verse a los chicos en lo alto del puente, saltando y caminando entre los hierros de la estructura ferroviaria y haciendo movimientos muy peligrosos que pueden provocar algún accidente", explicaba otro ciudadano, éste del Ayuntamiento de Catoira.

"Es una locura"

Hay incluso quien define lo sucedido como "una locura" y pronostica que "el día menos pensado se les ocurrirá organizar un botellón en el propio puente".

Como se indicaba ayer son jóvenes tanto de esta localidad como de Rianxo y Vilagarcía de Arousa los que ocasionalmente se citan en ese puente de 1.620 metros de longitud que forma parte del Eje Atlántico y une las provincias de Pontevedra y A Coruña, entres las parroquias de Abalo (Catoira) e Isorna (Rianxo).

El alcalde del municipio vikingo, Alberto García, ya había indicado a FARO que tiene conocimiento de estos hechos a través del testimonio de sus vecinos, y como ellos reclama que se adopten medidas de seguridad, vigilancia y prevención para evitar que los jóvenes sigan accediendo a esta superestructura de hierro y hormigón dotada de un sistema de electrificación y por la que circulan una buena cantidad de trenes cada día.