El Ayuntamiento de Vilagarcía confía en poder aprobar de forma inicial el nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) en el plazo de un año. Así lo manifiesta la administración local, que la próxima semana remitirá a la Xunta de Galicia de nuevo el PXOM, con toda la documentación a mayores que se le pidió la última vez desde Santiago. Una vez dado este paso, el Concello tendrá que esperar la respuesta de la Xunta. De ser favorable, podría llevar el documento urbanístico al pleno, donde se votaría su aprobación inicial.

El Ayuntamiento remitió el PXOM a la Xunta en la primavera de 2017, para su evaluación y la emisión del informe de viabilidad medioambiental. Pero en ese paso, la Xunta demandó a Vilagarcía una serie de documentos que no se le habían remitido.

Pero el Concello se encontró de pronto con las manos atadas, pues una empresa china compró la consultora Eptisa, que era la que estaba haciendo los trabajos de redacción del PXOM. Los nuevos dueños de Eptisa renunciaron a continuar con el trabajo urbanístico, y eso obligó al gobierno municipal de Vilagarcía buscar un plan b.

Tras varios informes técnicos, la situación se resolvió sacando a concurso la redacción no de todo el plan -eso supondría un retraso considerable, pues habría que empezar el trabajo de cero-, sino la fase más inmediata de los trabajos, "con el objetivo de no demorar más la consecución del nuevo ordenamiento urbanístico", explica el ejecutivo en un comunicado.

El contrato se le adjudicó a la firma Alonso Botana, compuesta por técnicos de los que Eptisa había prescindido y que ya formaban parte del equipo de trabajo de plan de Vilagarcía. "Este conocimiento permitió retomar los trabajos en el punto en el que se encontraban en lugar de empezar desde cero".

Esta consultora entregó el documento actualizado del PXOM en el Ayuntamiento de Vilagarcía a finales de esta semana. Así las cosas, Vilagarcía lo remitirá ahora en unos días a la Xunta de Galicia. Si todo está bien y Santiago no pide más documentación, el siguiente paso consistirá en llevar el PXOM a pleno y aprobarlo de forma inicial.

Realizado ese paso, el documento entraría en la fase final de la tramitación, con la exposición al público y la presentación de alegaciones. En paralelo, la Xunta demandaría los informes sectoriales de los diversos departamentos autonómicos implicados, y el Concello haría este mismo trámite ante el Estado. Eso sí, para resolver las alegaciones habría que convocar otro concurso para elegir empresa.

Después de incorporan las alegaciones aceptadas al PXOM, y se envía con los informes a la Xunta, para su aprobación definitiva.