El uso de dinamita en la pesca de la sardina era un asunto tabú en Galicia hace 10 años. Hoy, los responsables del sector ya hablan abiertamente de él, aunque no sea precisamente para ellos un tema de conversación agradable. El presidente de la Asociación de Armadores do Cerco de Galicia (Acerga), José Blanco, está convencido de que "eso pasó a la historia, y trabajo nos costó. Hay que dejarlo ir".

El patrón mayor de Portonovo, José Antonio Gómez, dice a su vez que "lo que se escucha en los muelles es que el uso de explosivos en la pesca está desaparecido totalmente. Y además es una información que nos llega de varios frentes". Ambos dirigentes, Blanco y Gómez, vivieron con intensidad en 2010 la última gran redada contra los pescadores que utilizaban pólvora. En el caso del presidente de Acerga, porque es de Portosín, localidad coruñesa que se puso al frente de las denuncias públicas contra esta práctica prohibida; en el de Gómez, porque en Portonovo se practicaron detenciones y se encontró un zulo con explosivos.

Durante décadas, algunos armadores del cerco emplearon la dinamita para multiplicar sus capturas de sardina, ya que al explotar los cartuchos en la proximidad de los bancos, los peces quedaban tan aturdidos que era tremendamente sencillo atraparlos. Pero aunque durante mucho tiempo esta práctica no fue repudiada socialmente, poco a poco, la mayor presión policial sobre el tráfico de explosivos y la creciente sensibilidad medioambiental de la flota propiciaron que los armadores que seguían trabajando con pólvora fuesen cada vez menos.

Hasta que en las vísperas de San Juan de 2010 estalló una de las operaciones policiales más importantes de los últimos años relativas a la pesca. Dirigida desde un juzgado de Cambados, la redada supuso la detención de una docena de personas de Vigo -incluido el patrón mayor en aquella época-, Redondela y Portonovo. Varios de ellos pasaron meses en la cárcel.

Fue el principio del final de la dinamita en los muelles. Según el presidente de Acerga, se trata de una forma de trabajar que actualmente ya no tiene sentido. "Con la tecnología y los aparatos que llevan hoy en día a bordo los barcos no hace falta dinamita para nada". Por ello, entiende que se trata de una práctica "que ha quedado para la historia de la pesca", al igual que muchas otras artes que fueron prohibiéndose en cuanto se demostró su potencial depredador.

José Antonio Gómez, por su parte, entiende también que "es una fortuna" que no se hayan vuelto a escuchar rumores sobre el uso de la pólvora en el cerco gallego. Además, considera que ni siquiera en los años de menos sardina tenía excusa recurrir a esta estratagema. "Para mí nunca fue necesaria. Lo que pasa es que alguna gente quería ganar más dinero del que le tocaba".

FARO intentó contactar también varias veces sin éxito con el patrón mayor de Portosín, Iván Carreño, al ser esta población coruñesa una de las más beligerantes con la utilización de explosivos.

La sentencia

La operación "Abuelo" conmocionó al sector del mar gallego, que no estaba acostumbrado a ver esposados y en la cárcel a compañeros suyos de faena. La mayoría de las detenciones se practicaron en Cesantes (Redondela) y Portonovo, y se encontraron un centenar de kilos de explosivos en Vigo y Portonovo, aunque buena parte de los mismos ya estaban inservibles.

Varios meses después, ya en 2011, la Guardia Civil cerró la investigación con el arresto del presunto proveedor de la dinamita, que era un jubilado de As Neves, en el sur de la provincia de Pontevedra. Los explosivos habían sido fabricados en Burgos, en una empresa legal, pero llegaron a los puertos a través del contrabando con Portugal.

La instrucción se prolongó durante unos dos años y medio, y finalmente se archivó la causa contra media docena de investigados, y se decidió procesar a los siete restantes. El Ministerio Fiscal pedía inicialmente para ellos penas de cárcel de un mínimo de cinco años, pero al final el Ministerio Público y los imputados llegaron a un acuerdo, de modo que estos últimos reconocían su culpabilidad, y la Fiscalía rebajaba su petición de prisión a dos años o menos. Con eso, lo que se evitaba era el ingreso en la cárcel de los condenados.

Se cerraba así uno de los capítulos más negros de la historia reciente de la pesca gallega, dado que la "Abuelo", después de todo, no había sido más que la punta del iceberg de una práctica que llevaba años siendo denunciada. En 2007, la Guardia Civil arrestaba a tres hermanos de Camariñas (A Coruña), propietarios de dos barcos. Y unos meses después, los buceadores de Cangas do Morrazo denunciaban públicamente que muchos días se producían explosiones en el mar a primera hora de la mañana. Unos años antes, en 2000, se encontraron explosivos en un barco de Combarro.

Pero el uso de munición en la pesca venía de lejos. Tanto que ya en 1906 la Liga Marítima de A Coruña envió varios escritos al Ministerio de Marina para que erradicase la pólvora de los barcos. Y ya en los años 20 del siglo pasado se notaba una incipiente concienciación sobre el daño ambiental que causaban las expresiones, con artículos en la prensa gallega en los que se acusaba a los marineros que tiraban los cartuchos al mar "de robarle el pan a sus hijos".

Un sector "limitado"

No hace mucho, la sardina era tan abundante frente a las costas gallegas que se vendían en las lonjas más de 20 millones de kilos al año, como sucedió en 2006. El pasado no se llegó a los 3,5 millones, y es posible que éste la cifra baje ligeramente. Una situación que para Acerga se explica en el hecho de que a principios de siglo hubo varias campañas con paros biológicos -periodos de vedas en los que la administración paga una indemnización a la flota por no poder pescar-, "pero en estos últimos años no se le dio un paro cuando se lo había que dar".

José Antonio Gómez, sin embargo, entiende que el reparto de cuotas, "limita al sector". "La sardina es una especia que va en bancos muy compactos, de modo que si tienes un par de lances buenos en un día puedes coger los 6.000 kilos que tenías para toda la semana. Eso te condiciona el resto de días de trabajo".