Una Bonoloto semanal de dos columnas en la que invirtió solo seis euros reportó al único acertante de los seis números el astronómico premio de 4.724.726,59 euros que se selló en la librería "Xesteira" de la céntrica Rúa da Baldosa de Vilagarcía de Arousa, 16, regentada por Rocío Cores.

Su marido José Ignacio Esperón admite que nadie se acercó por el despacho en todo el día para reclamar el premio, pero tampoco confía en conocer su identidad aunque admite que es posible que todavía "ni se haya enterado porque selló un boleto semanal y son muchos los que ni lo comprueban hasta que regresan a sellar el siguiente boleto".

Sin embargo, lo más probable es que prefiera mantener el anonimato y su nombre siga siendo una incógnita que únicamente descubrirán en el banco de referencia del agraciado, en el que se cuidarán de tratarle a cuerpo de rey pues los tiempos no están para cerrar la puerta a la gestión de tamaña fortuna.

La propietaria del establecimiento, Rocío Cores ya sospechaba en la noche del jueves cuando por FARO DE VIGO se enteró de que la suerte pisó su despacho que nadie le iba a confesar que es el ganador "pues tampoco conocí la identidad de los otros tres agraciados con premios importantes, de casi medio millón de euros cada uno, que dimos en nuestro despacho en los últimos tres años".

Pero solo el hecho de haber dejado entrar a la diosa Fortuna por la puerta de su despacho de Loterías ya le reportó algún beneficio, en forma, claro está, de un mayor número de clientes durante la jornada de ayer.

Su marido, que por la tarde estaba al frente de la librería, también es escéptico sobre la posibilidad de que algún día se sepa quién es el ganador de un premio que de antemano reporta a Hacienda un pellizco de casi 900.000 euros, pues se lleva el 20 por ciento.

Lo que si tienen claro todos es que se trata de alguien de Vilagarcía pues el boleto es de los que llaman "pronosticado", es decir que el jugador cubre a mano y entrega en ventanilla. "En Loterías nos han confirmado que fue confeccionado a mano y que no es una apuesta automática de máquina", explica el responsable de esta oficina de venta de Loterías, que funciona como tal desde 1997.

En la céntrica calle de A Baldosa la búsqueda del agraciado se convirtió en el principal tema de conversación. En los bares próximos, tanto los dueños como los clientes rebuscaban en todos los rincones el boleto que habían sellado pero "sin éxito".

En el local colindante su propietaria lamentaba que "esta semana no sellé la Bonoloto porque hice otras apuestas", mientras otros clientes expresaban su alegría "porque haya tocado aquí, tan cerca".

Y es que un premio de estas características es una rareza, tanto que es el mayor que corresponde a Vilagarcía y el segundo de la comarca ya que en Vilanova tocó en 2011 una Primitiva de 11,5 millones de euros. También en la capital arousana se supo de otro premio de más de un millón de euros que le correspondió a un vecino que selló una quiniela de fútbol. Está claro que generan más agraciados que la Lotería de Navidad.