Cortegada está mejor preparada que en 2015 para combatir un posible incendio forestal. Así quedó demostrado ayer durante la celebración de un simulacro que el gobierno de Alberto Varela llevaba reclamando tres años, precisamente desde que las llamas amenazaron la joya carrilexa y pusieron en pie a todo Carril y parte de Vilagarcía. Tal y como recordó ayer a pie de muelle el alcalde, aquella noche del 16 de julio, día del Carmen (patrona de los marineros), faltó coordinación y hubo problemas con la llegada del agua. "Si no fuera por la buena labor de Emerxencias y Bomberos, y sobre todo por el cariño de los vecinos a Cortegada, quizá la consecuencias hubiesen sido peores", dijo el edil socialista, acompañado del delegado de la Xunta, José Manuel Cores Tourís, y del jefe del servicio de Prevención de Incendios Forestales de la Consellería de Medio Rural, Manuel Francisco Gutiérrez.

A raíz del incendio de 2015 que asoló Cortegada, la Xunta compró tres motobombas transportables (dos ligeras y una más pesada) y el Servizo Municipal de Emerxencias e Protección Civil del Concello de Vilagarcía, otra. Esta y una de la Xunta se utilizaron durante el simulacro y fueron efectivas para captar agua del mar y con ella apagar el supuesto fuego (se simuló un conato de incendio de 4.500 metros cuadrados en la parte alta del poblado del que dio la voz de alarma el patrón de Carril llamando al 085), según confirman participantes en el ejercicio.

No obstante, sigue siendo una incógnita si un helicóptero puede aterrizar en Cortegada para que la llegada de las motobombas sea más rápida, pues las de la Xunta se encuentran en la base de O Campiño, en Pontevedra, a más de media hora de camino.

Ayer llovía ("un día curioso para hacer el simulacro", valoró Alberto Varela) y por ello los medios aéreos no pudieron participar en el ensayo práctico. Manuel Francisco Gutiérrez apuntó que tienen localizados dos posibles puntos de aterrizaje en la zona norte de la isla, si bien están pendientes de confirmación real.

La intención del Concello a la hora de solicitar este simulacro era la de corregir los fallos detectados en el incendio de 2015 para blindar a Cortegada contra las llamas. Así, ayer se pudo comprobar la necesidad de mejorar la comunicación entre los distintos efectivos participantes, una deficiencia que se solventará con brevedad, probablemente mediante el uso de una frecuencia única.

Si bien hoy en día existen más medios materiales para atajar un incendio en Cortegada y la coordinación entre efectivos fue correcta, ahora la duda radica en los tiempos de respuesta necesarios para disponer de ese equipamiento. Algunas fuentes del sector antiincendios abogan por mantener en la isla carrilexa de forma permanente una de las motobombas de la Xunta para poder ser utilizada siempre, independientemente de que se pueda movilizar o no el helicóptero (lluvia, niebla, etc.) para traerla de Pontevedra.

En términos generales, el simulacro "salió bastante bien", confirman miembros del operativo. Participaron el Servicio de Prevención de Incendios de Medio Rural, personal de la Consellería de Medio Ambiente, Emerxencias y Protección Civil, Policía Local, Nacional, Cofradía de Carril y Seprona.

El ejercicio se celebró de día y con la marea alta. No obstante desde la Xunta son conscientes de que el acceso a una isla para sofocar un fuego es más complicado que en tierra y de que puede declararse con distintos condicionantes.

Cores Tourís aseguró que Cortegada está mejor preparada ahora para combatir las llamas y recordó que la campaña antiincendios contará en Galicia con 7.000 efectivos, treinta medios aéreos y 360 motobombas.