El capitán Blanco Novo es destinado a Vilagarcía de Arousa en 1922, donde continúa con sus experimentos con las ondas de radio, realizando ensayos de transmisión, comunicando con buques a distancias que rondan las 20 y 30 millas.
El diario "Galicia Nueva" publica en mayo de 1924 un artículo firmado por él, titulado "La radiotelefonía en Galicia", en el que hace referencia a otro aparecido antes, obra del ingeniero civil Mario Labarta en el que dice: "Un interesantísimo artículo del ingeniero Mario Labarta, me obliga a ocuparme hoy de esta materia, para exponer mi modesta opinión que galantemente se interesa, sobre el establecimiento en Santiago, de una estación emisora como medio de difusión cultural".
"No hay día que al oír los conciertos y conferencias dados en el extranjero por T.S.H. (Telefonía Sin Hilos), no piense en las innumerables ventajas que representaría una labor análoga realizada por una estación próxima". Y como ejemplo añadió: "Hace un par de días la Compañía Francesa de Radiotelefonía, dio desde su estación de Chehy una disertación sobre cirugía a cargo de un eminente profesor".
En los primeros días del mes de abril de 1926, la Dirección General de Comunicaciones concedió a José Blanco Novo autorización para el funcionamiento legal de su estación radioemisora de aficionado, a la que se le adjudicó el indicativo EAR-28.
El transmisor funcionaba con una potencia en generador de 5 W, y una longitud de onda de hasta 120 metros. Novo fue también pionero en las transmisiones a bordo de vehículos, llegando a construir la primera estación móvil de aficionado española, explica el blog de "Radioafición Pontevedresa"
Galicia ha estado presente en la radioafición desde que ésta nació, y en su historia se cuentan hechos que contribuyeron a que la sociedad tomara conciencia de la importancia de las telecomunicaciones y los experimentos en este campo de personas con inquietudes técnicas suficientes y debidamente autorizadas, como ejemplo baste mencionar la tragedia del vapor Santa Isabel frente a las costas de la isla de Sálvora en 1921, donde un fallo de energía en la radio de a bordo fue un elemento importante en el desenlace final.
Entre los oficiales del Cuerpo de Telégrafos que prestaron servicio en aquellas horas fatídicas se encontraba Julio Pastor Rodríguez, futuro radioaficionado con indicativo EA1AK, que en aquel momento estaba adscrito a la Oficina de Telégrafos de Carril.
En 2016 ASORAPA ya puso en el aire esta triste historia, homenajeando a los héroes y heroínas, que también tiene, desde el propio faro de la Isla de Sálvora, lanzando al aire su recuerdo casi desde el mismo punto del desafortunado accidente.Novo, capitán de la Guardia Civil en lo privado, llegó a fundar el Cuerpo de Transmisiones de la Guardia Civil, construyendo él mismo las primeras 18 estaciones de la agrupación en Santiago.
"Radioaficionado de Padrón
