Alrededor de las cinco y media de la tarde se produjo el momento más tenso del día. La entrada de una tormenta de granizo y el fuerte viento que se levantó provocó que banquillos, carpas y vallas publicitarias volasen por los aires con el consiguiente riesgo para aficionados y equipos participantes.

Precisamente, el movimiento de uno de los banquillos provocó un corte en la oreja de uno de los jugadores del Alondras que tuvo que ser trasladado al hospital para cortarle la hemorragia. La sangre generó mucha ansiedad en los niños y padres del equipo de Cangas que, de manera amistosa, optaron por abandonar la competición porque consideraban que los jugadores no estaban en condiciones anímicas de poder competir.

Finalmente todo se quedó en un susto, pero tal fue la fuerza del aire que obligó a suspender temporalmente los encuentros y a retirar toda la logística publicitaria del terreno de juego para evitar riesgos. De cara a lo que resta de competición, la organización del AF7 ha optado ya por prescindir de cualquier estructura que pueda ser desplazada por el viento, como sucedió ayer.