Cambados se subió a ese tren moderno en el que cualquier día del año justifica un cálido homenaje a la mujer. Por eso, el Ayuntamiento abrió las puertas del Salón Peña ayer domingo para obsequiar y felicitar a dos generaciones de mujeres viticultoras, que bien pueden representar Carmen Dios y Vera que se llevan la friolera de 101 años de diferencia y se reivindican bajo la parra.

Carmen Penim, cantante ourensana muy vinculada a la lucha feminista y autora de "Herdeiras" fue la encargada de presentar este sensible acto que intenta mantener la carga reivindicativa del "tsunami violeta" que supuso el 8-M. Veinticinco mujeres se subieron al escenario para demostrar que están dispuestas a "dar ese paso adelante" en sus vidas, gesto que refrenda el enorme papel que desempeñan cada día en todos los rangos de la sociedad.

Carmen Penim iba desgranando esa función especial en los sucesivos actos de una gala aunque dirigida a hombres y mujeres pero en las que solo "Ellas" fueron protagonistas. El propósito: "Hacer visible el trabajo de las mujeres, tanto el pagado como el no remunerado, porque no se les reconoce ni a la hora de cobrar una pensión y que ni siquiera agradecen las personas que nos acompañan en casa día a día", expresó Penim.

Cambados puso así el énfasis en el papel de la mujer en el campo, una actividad que se suma a sus demás tareas que cumplen en casa a la hora de limpiar, hacer la colada, planchar "o hacer con cariño la comida para toda la familia", sin contraprestación y, ¿por que no?, muchas veces con reproches.

Pero también salió a colación la camelia, flor que simboliza la liberación de la mujer desde que Kate Sheppard (1847-1934) defendió el sufragio femenino en Nueva Zelanda, primer país en el que el 65% de la mujeres pudo votar, aunque el camino dibujado mantiene aún hoy la abismal distancia.

En este mensaje hizo hincapié también la presidenta de Mulleres en Igualdad de Pontevedra, Beatriz Piñeiro cuando abogó por "un cambio en la sociedad" que refleje el clamor del 8-M contra la enorme brecha salarial, la diferencia de derechos entre mujeres y hombres con la mirada firme en la "eliminación de estereotipos, micromachismos y la violencia que sufre una mitad de la población".

En definitiva reivindicaciones que se plantearon sin estruendos, por el contrario animadas por la melodía de "Xironsa" que interpretó desde mazurcas a jotas y muiñeiras típicas de distintas partes de la geografía gallega y que históricamente, como ayer, han interpretado mujeres acompañadas de sus panderetas y, en ocasiones, por hombres a su sombra.

"Tenemos que ser valientes y ponernos al frente de los gobiernos, de los sindicatos, de las fábricas, de las organizaciones", explicaba pausada Penim al público que abarrotó el Peña, para a continuación felicitar a Fátima Abal por haber aceptado el compromiso de dirigir el Ayuntamiento como la presencia de la edil de Medio Ambiente, María Xosé Cacabelos o la de Teresa Prado.

El guiño fue hacia las viticultoras veteranas: Celia Dozo, Carmen Goldar, Ofelia Abal, Dolores Fernández, Elvira Paz, Elvira Piñeiro, Marina Vázquez, Delia Oubiña, Encarnación Pérez, Carmen Rey, Luisa Rey y María del Carmen Méndez. Luego subieron al estrado las promesas de la viticultura en Cambados: Beatriz Amoedo, Carmen Arosa, Trinidad Blanco, Dolores Castrelo, Dolores Castro, Lucía Chaves, Paula García, María José Serto, Ángeles Puga y Eugenia Outeda.