El pregón lo leyó el conselleiro de Política Social, José Manuel Rey, que destacó tanto la importancia del sector pesquero y marisquero en la economía de Vilanova como en su cultura. "Las bateas son un símbolo de la identidad de esta ría", apuntó. En clave local, aludió a la ampliación del número de horas de ayuda a domicilio para personas dependientes en Vilanova, y al proyecto de puesta a punto del centro social del club de jubilados.

Rey recibió también la medalla de oro y brillantes, al igual que el humorista Xosé Antonio Touriñán, quien animó al público a asistir a su monólogo de la tarde. "Ya sé que hay un Madrid-Barça, pero es más importante reír, que en el partido por lo menos la mitad van a llorar".

Lo que no se produjo este año es la visita de los vikingos de Catoira, que se canceló tras los problemas y desencuentros que se produjeron en el Desembarco de la Romaría de este año.

El recinto festivo de Vilanova se completaba con una feria de oportunidades del comercio local, en la que reinaban la ropa y el calzado de niños. Pero también hay un puesto de una agencia inmobiliaria, y otro de venta de sidra natural y de cerveza artesanal. En la feria se ofrecían desde descuentos de hasta el 70 por ciento hasta el regalo de un producto por la compra de otro. Vilanova volverá a estar en fiestas desde el 17 y hasta el 20, con la Oktoberfest de cerveza alemana.