Los abuelos de los alumnos matriculados en la escola infantil del Concello de Meaño fueron ayer protagonistas de una jornada de puertas abiertas dedicada a ellos, y que oficiaba también de clausura del ciclo de "Música na Escola".

La jornada arrancaba con una actividad didáctica de presentación dirigida por las profesoras, con los abuelos acompañando a sus nietos en el aula para que pudiesen palpar el día a día en la escuela. Entre los asistentes se encontraba una abuela que se desplazaba desde Boiro para compartir el momento con su nieto de Dena, en el curso que supone su despedida del centro por edad.

Tras la actividad en el aula, hubo un momento para el ocio y la música en el patio, donde el dúo integrado por Pablo Dovalo al acordeón y Antonio Miniño a la guitarra y voz, tomaban el relevo, haciendo bailar en corro a nietos y abuelos con "A Carolina", cuya coreografía trabajaron los más pequeños durante la semana para su puesta de largo ayer. Un dúo que continuó después con "A Rianxeira" y algunas coplas para deleite de los abuelos, a la par que disfrutaban de una merienda en la que se dispensaban raciones de empanada.

Con este evento se trata de reconocer desde la escuela la figura de los abuelos en su papel de coeducadores de los niños, cada vez más presente dadas las dificultades de muchos padres para conciliar vida laboral y familiar, por lo que recurren en casos a los abuelos para llevar y recoger a los nietos de la escuela infantil.

El ciclo musical

Con el ciclo "Música na Escola" el centro pretende acercar y familiarizar a los niños desde edades tempranas con la música y los instrumentos, aprovechando en buena medida el calado de esta disciplina en un municipio musical por excelencia como es Meaño.

En esta edición el ciclo incluyó, a lo largo de algo más de una semana, la actuación de un cuarteto de gaita y percusión de mano de la asociación cultural "Penaguda", un sexteto de jóvenes clarinetistas de la Escuela de Música, con el director de la banda de Meaño, Diego Javier Lorente.

Otros años pasaron por este ciclo desde trombonistas a guitarristas, pasando por fagotistas, trompetistas y hasta una zanfona. Con esta iniciativa, explican las docentes, "se pretende que los niños pierdan el miedo a escuchar los sonidos de diversos instrumentos, que los puedan ver de cerca, que los toquen con sus manos, que interioricen el ritmo cuando los músicos tocan una melodía en directo. Primero los niños se sorprenden, al poco se sueltan y reaccionan bailando".