De A Estrada y Marín acudieron los representantes de los colectivos en defensa de la Memoria Histórica, Xoán Carlos Garrido y Enriqueta Otero, respectivamente, convencidos de la necesidad de revisar la historia de aquella época y también restituir el honor de personas que han defendido los derechos sociales y culturales o el papel de las mujeres.

Garrido apostó por este tipo de actos en los que se "señalan los lugares de la verdad" porque los considera como un "homenaje a la memoria colectiva". "No era necesaria una placa con tantos datos pues con saber que existen ya comunican y se convierten en espacios que hablan" y que por tanto rompen el "silencio" de años.