Los amantes del tinto de Barrantes tienen este fin de semana una cita ineludible en Ribadumia donde se celebra la XLV edición de la fiesta de exaltación de uno de los caldos más afamados de Galicia. A la una de la tarde, el alcalde de la localidad, David Castro, acompañado por parte del grupo de gobierno, cortó la cinta de la carpa en la que una docena de familias de la localidad presenta sus mejores elaboraciones para deleite del público.

El regidor espera superar el éxito del pasado año cuando se desbordaron las previsiones pues matiza que se ha elaborado un amplio programa de actividades "aptas para todos los públicos" y además cuenta con el factor tiempo porque Meteogalicia pronostica un ambiente suave que va a contribuir al disfrute del paseo por el municipio.

David Castro pone de manifiesto que en esta edición destaca la enorme calidad del vino conseguido en la pasada cosecha. "baste comentar que a la cata final del sábado -por hoy. se presentan 35 vinos de la comarca, lo que es indicativo del nivel y la competencia existente".

Pese a ello, el Tinto de Barrantes sigue sin el reconocimiento oficial por parte de las autoridades.

David Castro admite que en estos momentos todavía está lejos la posibilidad de que el Barrantes tenga consideración oficial y, por tanto, pueda venderse a través del cauce tradicional del mercado.

El alcalde subraya que darle esa "oficialidad" depende de administraciones como la Xunta de Galicia, el Ministerio de Agricultura y la propia Unión Europea, que en principio han activado todos los resortes para que este proceso siga frenado.

Entretanto quienes lo cultivan tienen que seguir con técnicas similares al "extraperlo" para poder despachar este vino que no puede ser etiquetado ni siquiera como de mesa y por tanto cruza la tangente de la legalidad.

Las administraciones solo permiten que este vino al que desde hace 45 años se dedica una exitosa fiesta de exaltación se produzca solo para consumo familiar y, sus excedentes, como mucho, en algún que otro furancho donde los controles son en principio menores.

Es el propio David Castro quien pone de manifiesto que el llamado Tinto Barrantes "siempre ha sido un recurso económico complementario para muchas familias de la localidad". Y agrega que todavía hoy en muchas casas se cultiva esta uva con este propósito de contribuir a la masa salarial doméstica.

Pero las trabas que se le imponen desde siempre hace que se abandonen fincas, se arranquen cepas y solo unos pocos continúen con una tradición que cujó a mediados del pasado siglo cuandouna plaga exterminó otras viñas que si cuentan con el respaldo de las administraciones.

En aquellos tiempos la opción consistió en recurrir a uvas híbridas, mucho más resistentes, que hoy en día siguen produciendo un vino tinto que es aclamado por muchos amantes del vino. Algo similar ha pasado con la uva catalana que también se plantó en aquellas fechas como sustitutivas.

El alcalde de Ribadumia expresó ayer su respaldo a todos los viticultores de la zona que producen tinto Barrantes si bien no garantiza que pueda tener éxito en sus gestiones pues, por otra parte, reconoce que "hay argumentos técnicos que no hacen fácil conseguir el reconocimiento como vino por los cauces oficiales".

Asimismo se refirió a la vendimia del pasado año y que se saborea en esta fiesta en el sentido de que ha sido más escasa que de costumbre, lo que ha obligado a subir el precio de algunas botellas.

En alguna de las casetas se veía el precio promedio de las botellas en esta edición que ronda los 9 euros y 2 la copa.

El núcleo de Barrantes se cerró a mediodía de ayer para acoger a los miles de visitantes que durante tres días podrán disfruutar de la exaltación de uno de los vinos más afamados de la comarca y muy distinto al albariño cuya producción se realiza de un modo más profesional.

El Tinto Barrantes, por el contrario, sigue manteniendo su elaboración más artesanal en bodegas familiares, debido a que su comercialización está prohibida en cualquier forma y ni siquiera puede ser etiquetado.

Pese a ello todavía existe cierta esperanza de que algún día pueda ser distribuido como otros que han logrado etiquetas fuera de las Denominaciones Oficiales bien como simplen vinos de mesa o bajo el paraguas de la indicación Geográfica Protegida, caso del que se produce en las inmediaciones de las riberas del Ulla.

Por ello, el Ayuntamiento de Ribadumia intenta proteger algunas de las marcas oficiales relativas al tinto de de Barrantes.

Así David Castro confirma que el Ayuntamiento ha registrado de forma exclusiva las marcas "Viño Tinto do Salnés" y "Exaltación de variedades autóctonas" para garantizar que nadie le discuta en el futuro el nombre referido a este vino que se produce en el valle arousano.

Cabe poner de manifiesto que la disputa procede de Vilagarcía que ha intentado quedarse con la denominación que también reclama la localidad ribadumiense para sus caldos.

A mediodía de hoy, por otra pate, serán investidos los valedores del Tinto do Salnés.