Cuando el gobierno de O Grove, y sobre todo la edil de Turismo, Emma Torres, plantean la necesidad de encontrar fórmulas que ayuden a consolidar y potenciar a la localidad como destino, no cabe duda de que A Toxa siempre está presente, y más después de que en los últimos meses se alertara por activa y por pasiva sobre su preocupante declive.
La isla que llegó a ser estandarte del turismo en Galicia -un calificativo que ahora está más en tela de juicio que nunca- tiene un tirón innato que la convierte en visita obligada para la gran mayoría de cuantos visitan O Grove, la comarca e incluso Galicia.
De un tiempo a esta parte hay elementos que, aunque parezcan "poca cosa", no dejan de sorprender, ya que atraen visitantes de todas partes. Es el caso de la Aldea Grobit, inspirada en un mundo de ficción y convertida en un parque infantil único en sus características, y del plan de recuperación de los burros fariñeiros; unos animales que, aunque convertidos en ocasiones en motivo de burla, no dejan de generar movimiento en la isla.
Sobre todo durante fines de semana como éste, cuando familias enteras se desplazan a A Toxa para ver de cerca a los borricos, especialmente desde que se produjo el nacimiento de "Bazán", como se explicó en otras ocasiones convertido en algo así como una estrella mediática.
La emblemática isla meca ofrece además la posibilidad de utilizar un parque canino, adquirir los tradicionales collares de artesanía y pasear por la red de senderos de Monte Central; un parque forestal que los grovenses utilizan también como zona para el paseo y la práctica del ejercicio físico.
