El concello de Meaño reinvertirá los 20.700 euros de la baja presupuestaria de la obras de remodelación del pabellón de deportes de Xil, destruido por un tornado hace un año, en reforzar la cimentación de la estructura, ya muy tocada en origen. La decisión la adoptó el grupo de gobierno después de consultar con los técnicos responsables del proyecto. El edil de obras José Ramón Gondar explicó en el último pleno que, ya cuando en los años noventa se contempló la reconversión de la antigua pista polideportiva al aire libre en un pabellón cubierto, se valoró la opción de reforzar la cimentación. En aquella ocasión, según precisó, tras los informes técnicos se desechó tal posibilidad al entender que era suficiente para aguantar la estructura del cierre perimetral y cubierta de hierro con uralita que se iba a disponer.

Sin embargo, esta vez los informes técnicos, dado el tiempo transcurrido y el deterioro progresivo de la referida cimentación, recomiendan su refuerzo en aras a dotar la estructura de mayor seguridad y en previsión de que algún fenómeno meteorológico adverso, como el vivido hace un año en Xil, pudiera menoscabar aún más la citada cimentación.

El concello ha remitido esta propuesta a la Diputación Provincial y se halla ahora a la espera de que el órgano autonómico autorice la reinversión de esos 20.700 euros en esta actuación de mejora.

Las obras de pabellón se encuentran ya avanzadas, si bien excediendo en tiempo el plazo de ejecución que inicialmente se había fijado para finales de enero. En este momento se halla conformada la estructura de hierro que sostiene la cubierta en ambas fachadas, y se está a la espera de estos nuevos trabajos que se pretenden en la cimentación para continuar las obras. Cabe reseñar que las mismas están conllevando la reconstrucción de las dos fachadas dañadas por aquel tornado para lo que se levanta una perfilería metálica que sustentará un material de acabado en vidrio y paneles de policarbonato multicelda, lo que permitirá asegurar el uso de las instalaciones.

Las obras, tras dos intentos frustrados, fueran adjudicadas a la firma Zona de Obra O Rosal S.L.U. por un montante de 108.753 euros. La empresa iniciaba sus trabajos el pasado mes de octubre, si bien arrancó de forma intermitente. Ello, unido a problemas derivados del incumplimiento de los protocolos de seguridad obligaron a paralizar las mismas tres semanas, lo que redundó en el retraso que la obra acumula.

Este proyecto partía con un presupuesto técnico de 129.458 euros. La gran mayoría de las empresas que concurrieron para hacerse con la obra rebajaron esa cuantía, la que más la coruñesa Gecoga Construcciones y Proyectos S.L. que ofertó con 96.800 euros. No obstante, al ser su presupuesto inferior en un 10 por ciento a todas las demás ofertas presentadas -rebajaba en 32.658 el peritaje inicial- la mesa de contratación receló y demandó justificación para tamaña rebaja. Al no presentarla, la mesa optó por la segunda mejor oferta, la de la viguesa Reforvigo, que concurría con 107.458 euros, rebajando en 22.000 euros la cuantía del peritaje. Sin embargo, el 29 de agosto de 2016 la citada empresa comunicaba su renuncia formal y la retirada de su oferta. El motivo, que presupuestara sin ver in situ la obra. Fue por ello que al final corrió el puesto a la tercera mejor oferta, la de Zona de Obra O Rosal S.L.U., que concurría con 108.753 euros y que es la que la final ha comenzado los trabajos.

Todo ello retrasó aún más una actuación que se vino demorando en el tiempo, primero por la necesidad de diversos permisos, entre ellos el de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta, dado que la obra se veía afectada por la cercanía del iglesario de Xil, con su vieja rectoral, hórreo e iglesia.

Luego la dificultad surgió a la hora de hallar la financiación necesaria para acometer el proyecto, la cual el grupo de gobierno acabó encontrándola al final a través de los planes municipales de la Diputación de Pontevedra.