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Los técnicos aconsejan curar los frutales desgarrados por los últimos temporales de viento

-Las principales consecuencias parecen notarse en los cítricos -Las actuales condiciones propician las infecciones por patógenos

Un vecino de Meaño en una plantación de limoneros. // Iñaki Abella

La Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA), dependiente de la Diputación Provincial de Pontevedra, advierte de que "es necesario actuar" sobre los árboles frutales afectados por los últimos temporales para "eliminar los desgarros y tocones" sufridos, lo cual obliga a aplicar "mástic cicatrizante con fungicidas para evitar la entrada de patógenos a través de las heridas".

La situación parece grave, ya que además de las pérdidas directas derivadas de la caída de fruta -en el caso de los cítricos, que son los que en esta época se encuentran en plena producción- hay que tener presentes las heridas en las plantas provocadas por "rachas de viento superiores a los cien kilómetros por hora registradas en varias de las estaciones meteorológicas de la provincia".

Los técnicos de la EFA hablan así de muchos árboles que "han sufrido roturas de ramas de grandes dimensiones" o incluso pérdida de parte de la madera, lo cual se traduce en "desgarros que afectan a la zona del fuste o tronco, o que dejan un tocón que puede favorecer su pudrición con el paso del tiempo".

Sin olvidar las pérdidas "de ramas de pequeñas dimensiones" y los "desgarros en las hojas en algunos árboles, tanto frutales como ornamentales, y arbustos".

Los expertos apuntan que "las lesiones más pequeñas" también deben protegerse, en este caso "mediante la aplicación de un fungicida cicatrizante que esté autorizado para el tipo de cultivo/planta de que se trate".

En el caso concreto de los cítricos, "las lluvias y la elevada humedad que continúan registrándose y que, según las previsiones meteorológicas, persistirán de forma intermitente durante una temporada, sin duda favorecerán las infecciones por patógenos muy ligados al agua líquida", advierten los expertos de la EFA.

De ahí que recomienden "recoger los frutos caídos al suelo y eliminar los que muestren pudriciones y aún permanezcan en el árbol". Hay que destruirlos para "evitar nuevas contaminaciones"; como también "debe evitarse cualquier acumulación de agua en el entorno de las raíces, favoreciendo su circulación mediante surcos de drenaje".

En cuanto a otro tipo de plantaciones, la EFA aconseja que "después de estos días de humedad tan elevada, tan pronto el clima lo permita, se aplique uno de los tratamientos cúpricos que se recomiendan en invierno, tanto en frutales de pepita como de hueso o en el kiwi".

Las advertencias llegadas desde este centro, habitualmente dedicado al seguimiento de los viñedos y las plagas o enfermedades que pueden afectarle, también se hacen extensivas a los árboles ornamentales.

A este respecto, aclaran que "las mismas condiciones de elevada humedad pueden favorecer el desarrollo de peligrosos patógenos que causan defoliaciones muy severas".

Esto obliga a "incrementar la vigilancia sobre los setos de boj, retirando posibles hojas secas y favoreciendo la aireación de las plantas". Y la EFA termina diciendo que en el supuesto de que se detecten síntomas de la presencia de hongos "se debe aplicar un tratamiento fungicida".

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