El alcalde de O Grove, José Cacabelos, recibió ayer a modo de comunicación de sentencia el mejor premio de lotería que podía esperar como regidor y político. Después de quedar archivada su causa por vía penal el TSXG salva del derribo al edificio administrativo que él promovió y que tantos quebraderos de cabeza le dio. Visiblemente satisfecho, declaró a FARO que "después de mucho tiempo la verdad se impone y la Justicia avala lo que venimos defendiendo desde hace años con base en los informes técnicos". Gana esta batalla, o más bien esta guerra, "a pesar de la oposición y de la persecución política emprendida a través de su brazo ejecutor, el famoso constructor Óscar Miniño, que se cree el más inteligente del mundo a nivel urbanístico y se opone a todo lo que hacemos".

Cacabelos dice estar satisfecho por él mismo, "porque lo pasé muy mal a nivel personal", pero sobre todo "por todo el pueblo de O Grove, que es el que sale ganando de verdad al conservar un edificio público que nos costó mucho conseguir y que ahí se queda". La conclusión a la que llega es que "este es el ejemplo de cómo trabaja este gobierno y cómo trabajo yo como alcalde, siempre tomando decisiones justificadas", a lo que añade que el TSXG "avala así nuestra postura y demuestra que teníamos razón y que hicimos las cosas bien, como hacemos siempre y seguiremos haciendo".

Esto lo lleva a proclamar que "no todos los políticos somos iguales" y que la sentencia es "un espaldarazo a este gobierno y a toda la gestión realizada, zanjándose así un proceso que muchos quisieron utilizar en mi contra y que, sin embargo, me hace más fuerte".