Vilagarcía no faltó a su cita con Cáritas Parroquial de Santa Baia de Arealonga. Fueron muchos los vecinos que respondieron a la llamada de la entidad social y acudieron anoche al Auditorio para disfrutar de un festival en el que actuaron cuatro agrupaciones locales y, al mismo tiempo, contribuir a que Cáritas pueda seguir realizando su labor altruista de ayuda a quienes más lo necesitan. Tanto la recaudación de las entradas, que se vendían a dos euros, como de las rifas para el sorteo de un cuadro mural de Tito serán destinados a financiar distintos tipos de servicios y materiales a familias de la parroquia que atraviesan por dificultades económicas y que carecen de recursos suficientes para sufragarlos por sí solas. Además, en el Auditorio se instalaron varias urnas para que los asistentes a la gala, presentada por Tino Lagarón, miembro de Arosa Bay, hicieran otros donativos.
El festival lo abrió precisamente la agrupación de voces y acordeones Arosa Bay, que interpretó seis temas, en su mayoría boleros, para deleite del público. Le tomó el testigo el Coro Parroquial de Santa Eulalia de A Xunqueira, con un repertorio formado por canciones populares y cerraron el capítulo de actuaciones el Coro Siyahamba de la asociación de padres de alumnos Atril y la Orquesta de Pulso y Púa Arousa. Los grupos vilagarcianos, además de su calidad sobre el escenario, demostraron también su solidaridad ya que siempre se muestran dispuestos a colaborar con ésta y en otras causas.
En lo que va de año Cáritas de Santa Baia de Arealonga ha concedido ayudas por un valor superior de 31.000 euros, destinando las mayores partidas a programas formativos y educación (7.140 euros), a pagar alquileres (6.343), a reparaciones en viviendas en condiciones deficientes (5.706) y a la adquisición de 173 bombonas de butano donadas después a personas con pocos recursos económicos (1.986 euros). La entidad también sufraga gastos farmacéuticos, paga recibos de luz y billetes de transporte a quienes le solicitan ayuda para ello, además de velar por que los productos básicos no falten en ningún hogar de la parroquia. Así, las ayudas de alimentos entre enero y septiembre ascendieron 66, lo que supuso para Cáritas un desembolso de 2.286 euros. La entidad se vio obligada a suspender la entrega de vales para adquirir alimentos en supermercados al haber agotado el presupuesto, de ahí que sea más necesario que nunca colaborar para que pueda retomar este programa en los meses finales del año, con las Navidades, una fiesta muy especial para muchas familias, a la vuelta de la esquina.
