Introducir cambios en la legislación vigente para que los mejilloneros gallegos puedan acceder a ayudas económicas y modernizar sus bateas, aumentando la productividad del sector mitilicultor, se antoja también una medida beneficiosa para los astilleros y las empresas dedicadas a la construcción de los emparrillados.
Así se hace constar en el "Plan de modernización y sostenibilidad de las estructuras de cultivo de moluscos bivalvos en Galicia", que ayer se entregó a los bateeiros como borrador y documento sobre el que trabajar en los próximos meses.
Dicha propuesta advierte de que reconstruir las bateas para ampliar la superficie de 550 hasta 900 metros cuadrados -siempre con ayuda pública y de forma voluntaria- puede tener un efecto beneficioso en el sector maderero, ya que se va a precisar una importante cantidad de eucalipto, que es el material fundamental empleado en la elaboración de los emparrillados. Y eso sin olvidar que "se requerirá madera de alta calidad para determinadas partes de la estructura".
Otro sector que puede salir reforzado con los cambios es el de la construcción naval y astilleros. Por un lado lograr una mayor rentabilidad en la producción por batea puede propiciar la renovación de la flota de barcos auxiliares de acuicultura. Por otra parte, con la llegada de nuevas bateas a las rías serán necesarios elementos como los flotadores que se construyen con acero naval recubierto de fibra de vidrio y poliéster.
Tampoco hay que olvidar el beneficio para las empresas encargadas de confeccionar tanto lo sacos como las cuerdas o las redes con las que se sujeta la mejilla a las mismas.
Evidentemente las que más van a salir ganando son los negocios que se dedican expresamente a la construcción o reparación de las propias bateas, "un sector en franco declive en la actualidad que se verá relanzado, siendo previsible la aparición de nuevas empresas de este estilo", siempre en el supuesto de que se desarrolle el plan de modernización.
Así consta en el documento entregado a los bateeiros por la conselleira Rosa Quintana. Una hoja de ruta en la que también se confiere un protagonismo futuro considerable a los gestores de residuos, "dado que la construcción de bateas podría implicar el desguace de las actuales, sobre todo de las más viejas y deterioradas".
A este respecto, tanto el sector productor como la Administración deben comprometerse a "realizar un esfuerzo para revalorizar los residuos generados dándoles otros usos, especialmente en el caso de la madera desechada".
