El 4 de diciembre de 2012 varios encapuchados entraron en la casa de Luciano Núñez en Tremoedo, lo despertaron por sorpresa, le ataron los pies y manos con bridas, lo golpearon reiteradamente con un arma y una especie de porra plástica, exigiéndole que les diese dinero. Al negarse el vilanovés, incrementaron la intensidad de la violencia, llegando a retorcerle manualmente los genitales. Después lo rociaron con un producto no determinado y le prendieron fuego, llegando a propagarse las llamas por el cuerpo del bodeguero antes de que las apagaran. Todo un calvario para robar entre 700 y 1.000 euros, un teléfono móvil y varias joyas de plata y oro. Núñez Villanueva juró que estos hechos nada tenían que ver con su vinculación con las drogas, pero ya entonces el bodeguero atravesaba una difícil situación económica.

Se declaró en quiebra en noviembre de 2012, justo un mes antes del asalto, solicitando el concurso de acreedores voluntario ante el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Pontevedra. Un administrador concursal asumió la gestión de su patrimonio y se abrió un proceso para que los acreedores comunicasen las deudas contraídas por "Chano" y reclamasen el cobro de las mismas. Unos meses antes, en julio de ese mismo año, el Boletín Oficial del Registro Mercantil anunciaba el cese de "Chano" como administrador único de la bodega que regentaba en el lugar de A Igrexa, instalaciones que terminó vendiendo.