El aserradero de Cabanelas que durante toda la semana reconoció ser el causante de la enorme turbidez del regato de As Pasales que desemboca en el Umia asegura que está corregido el fallo del sistema de depuración por lo que la mancha debería disminuir de forma progresiva. Durante la tarde de ayer, operarios de Espina y Delfín tenían previsto tomar muestras en el punto de vertido tanto para comprobar los niveles de supuesta contaminación como para observar si aminoraba la turbidez.

A media tarde, el ríachuelo aparentaba menos afectado pues la mancha era menos espesa, aunque el fétido olor había aumentado respecto a días atrás. A su vez cabe poner de manifiesto que de la tubería brotaba una menor cantidad de agua que en jornadas anteriores.

El concejal de Medio Ambiente de Ribadumia José Lede esperaba ansioso los primeros resultados de la analítica que se ha realizado a las aguas de este afluente artificial del Umia que recoge las aguas procedentes de la parroquia de Oubiña en las inmediaciones de los bombeos de Cabanelas.

Lede sostiene que en ese punto existen tres bombas sumergidas que son las que impulsan las aguas que proceden de Vilanova, Cambados y Ribadumia hacia la nueva EDAR de Barrantes.

El edil subraya que la solución a los contínuos episodios de contaminación en este punto del Umia es difícil e indica que no solo es atribuible a las empresas, pues el sistema de saneamiento deja mucho que desear.

Lede reconoce que la infraestructura es deficitaria y que los técnicos de Espina y Delfín han comprobado que la mayor parte de las tuberías no son estancas, lo que provoca la saturación del sistema.

Con todo, las empresas asentadas en los polígonos de Cambados y Ribadumia tienen la obligación de contar con sistemas propios de depuración que eviten la llegada de residuos a las instalaciones de Barrantes.

En el caso del aserradero de Cabanelas, los técnicos municipales han comprobado que dispone de la infraestructura correspondiente e incluso cuenta con una balsa de decantación para recoger los lodos que genera el trabajo de corte del granito. La función es precisamente la de evitar que todo ese conglomerado pueda colapsar el sistema público.

La localización de esta empresa ha sido posible gracias a que el vertido ha sido contínuo en el tiempo. Mucho más complejo va a ser la localización de la conservera que soltó grandes cantidades de escabeche al río hace unas semanas. Los restos todavía son perceptibles en la ribera a pesar de que se procedió al desbroce de maleza que interrumpía el curso del riachuelo.

En el club náutico O Muiño expresaban ayer su indignación por la tardanza en solucionar este vertido. "Esto sigue igual" aseguran tras aportar unas fotografías de ayer por la tarde que lo constatan.