En los albores del siglo XX la prensa local vilagarciana se hacía eco de la presencia de grandes compañías de navegación de origen alemán y holandés, cuyos barcos hacían escala en el puerto arousano para continuar viaje rumbo a países de América del Sur. Eran tiempos de grandes trasatlánticos, entre los que figuraba el alemán Cap Arcona, considerado el "Rey del Atlántico Sur", operado por la compañía Hamburg Südamericanische Dampfschifffahrts-Gesellschaft, HSDG.

Este "rey de los mares", según los datos recopilados por el vilagarciano Juan Carlos Porto, fue construido en los astilleros Blohm & Voss en 1907,y desde entonces hizo la ruta hacia América del Sur hasta el año 1914, en que estalló la primera Guerra Mundial y se vio obligado a refugiarse en la ría de Arousa. A bordo de este transatlántico solían viajar familias acaudaladas ya que era un buque muy lujoso en su época y tenía capacidad para 823 pasajeros. Su silueta era muy semejante al "Queen Mary" y en su interior había una suite real, camarotes victorianos, jardín de invierno, gimnasio y hasta cancha de tenis.

Huyendo de la guerra, para no ser hundido por el enemigo, el Cap Arcona acabó fondeado en las inmediaciones de la playa de Canelas, en Vilaxoán y allí quedó nada menos que cinco años: desde el 4 de agosto de 1914 hasta junio de 1919.

Los pasajeros más acaudalados, de este trasatlántico llegaron a tierra y continuaron su viaje por otros medios, pero los tripulantes se quedaron en el barco, teniendo como único contacto a los vecinos de Vilaxoán, población a la que bajaban de forma cotidiana.

Tanta confraternización con los lugareños llevó a varios de los tripulantes a encontrar el amor y decidir afincarse definitivamente en tierras vilaxoanesas.

Es el caso del tripulante Robert Rietz Siemann, nacido el 10 de febrero de 1888 en la ciudad polaca Gdnya, quien estableció sus raíces en Vilagarcía. Un descendiente de este marino fue el capitán marítimo Roberto Rietz, recordado por su labor en la Ría de Arousa, en conjunto con la flota local en la lucha para evitar la entrada del chapapote del "Prestige".

También se quedó en el municipio el marinero prusiano Willy Meyer, quien contrajo matrimonio con Carmen García. Sus hijos fueron Lucindo, Enrique y Teresa Meyer García. Un nieto de este prusiano tripulante del Cap Arcona es el político español Willy Meyer, que fue diputado y eurodiputado por Izquierda Unida.

Entre los tripulantes que encontraron a Cupido en el municipio vilagarciano estaba Adalberto Sopkowki Mau, quien contrajo nupcias con Emilia García Trigo. La pareja tuvo dos hijos, Adalberto y Ramiro.

Guillermo Grundel, fue otro de los tripulantes del Cap Arcona que encontró el amor en Vilaxoán y se casó con Herminda Lourido.

Fueron en total cinco años de convivencia con los vilaxoaneses hasta la finalización de la primera Guerra Mundial.

En junio de 1919, según el periódico Galicia Nueva, el trasatlántico alemán Cap Arcona abandona la ría de Arousa rumbo a un astillero de Vigo, llevado por el remolcador francés "Mastodonte".

La tripulación alemana que había compartido cinco años con los vecinos de Vilaxoán, también partió rumbo a Vigo, pero en un tren correo. Desde la ciudad olívica, los tripulantes fueron repatriados por el barco francés "Titania".

La historia del Cap Arcona acabó en la segunda Guerra Mundial ya que el 25 de agosto de 1939 fue destinado a servicios bélicos.

El 3 de mayo de 1945, en la bahía de Lübeck fue hundido y en su interior, según indican los historiadores, perdieron la vida 4.500 prisioneros de los campos de concentración de Neuengamme y Stuttthof.

Los vínculos del famoso trasatlántico Cap Arcona con Vilaxoán fueron revividos por los vecinos con motivo de la exposición de fotografías antiguas, que recogen la vida de esta población durante el siglo pasado, y que fue organizada por Juan Carlos Porto y Teo Cardalda.

Ambos se encargaron de guiar a los visitantes por la muestra retrospectiva, especialmente a los alumnos del colegio público de Vilaxoán, quienes se interesaron por la peculiar historia del barco de lujo que estuvo cinco años fondeado frente a las costas vilaxoanesas y cuyos tripulantes compartieron vivencias con los vilaxoaneses.