El servicio de Gardacostas de la Consellería do Mar, en colaboración con la Policía Autonómica y la Guardia Civil, se muestra dispuesto a intensificar los controles en las rías gallegas, los puertos y las carreteras.
Pero también hay una clara disposición a aumentar las "inspecciones sorpresa" en todos aquellos lugares o negocios que puedan adquirir mercancía ilegal, desde depuradoras hasta cocederos, pasando por pescaderías, cetáreas y, muy especialmente, restaurantes y hoteles.
En este último caso hay que tener en cuenta que numerosos establecimientos adquieren productos como vieira, centollo o pulpo a marineros que se los venden directamente, sin pasar por lonja. Esto hace que algunos hosteleros sean cómplices del furtivismo y la pesca ilegal, lo cual, en el caso de productos que pueden estar contaminados, los convierten en posibles colaboradores en la comisión de un delito contra la salud pública.