Un muro de bloques de hormigón de un metro de alto y más de 10 longitud, ubicado en la avenida Castelao de A Illa de Arousa, no ha sido capaz de resistir las fuertes ráfagas de viento, y se desmoronó sobre la acera ayer por la tarde. El siniestro no ocasionó daños personales, aunque impidió la circulación de peatones por la zona.

Pero a pesar de la aparatosidad del derribo del cierre de la finca, lo más peligroso para cuantas personas circulaban por la avenida Castelao fueron las uralitas que se desprendieron de un inmueble próximo a la finca. Las chapas fueron volando sobre la calzada y alcanzaron un vehículo que resultó dañado. Para comprobar el alcance de los desperfectos, el alcalde de A Illa, Carlos Iglesias, visitó la zona poco después del incidente.

En Vilagarcía de Arousa los efectivos de Emergencias y Protección Civil tuvieron trabajo desde la madrugada y durante toda la jornada de ayer, ya que la lluvia y el viento provocaron la caída de dos árboles en las parroquias de Rubiáns y de Bamio. Los trabajadores tuvieron que cortar sendos ejemplares para retirarlos de la calzada.

El resto de la jornada los miembros del servicio de Emergencias se repartió por distintos puntos del término municipal vilagarciano atendiendo las llamadas de incidencias por vallas desplazadas o caídas sobre la vía pública, contenedores que se desplomaron sobre la calle, así como mobiliario urbano dañado como consecuencia del fuerte temporal de viento. Entre los efectos municipales dañados figura una farola del alumbrado público.

En Valga, durante la mañana estuvieron pendientes de la situación de los ríos que se habían desbordado la jornada anterior y que provocaron el corte de un vial en la zona de O Forno.

En Vilanova de Arousa, Ribadumia y Meis también siguieron de cerca la evolución del río Umia que, aunque continúa crecido y provocando inundaciones, remitió un poco en las últimas horas.