| Alberto Figueiro amaneció hoy en Ponferrada, capital del Bierzo a la que ayer llegó en su bicicleta con la noche y el frío encima. La tercera jornada del Luatlón arrancó desde Silleda para completar los 182 kilómetros de dura ascensión en su gran mayoría. Puertos de montaña como Monte Faro y O Cebreiro hicieron la travesía un poco más larga de lo normal, pero el grovense volvió a mostrar una fortaleza de hierro para emplear nueve horas en llegar a la meta. En Ponferrada fue recibido por directivas locales de la Asociación Española Contra el Cáncer que le agradecieron su enorme acción humanitaria. La bicicleta, en esta ocasión adaptada a su medida y no como en las dos ediciones previas del Lúatlon, volverá a ser su compañera de viaje. Por delante otros 105 kilómetros que son los que separan Ponferrada de León. Barcelona ya está un poco más cerca.