Los fieles se congregaron ayer en la iglesia parroquial de San Xulián de Pontecesures, a la que hace días llegó la imagen del beato Francisco Jesús Carlés González, cuyas reliquias fueron presentadas en este mismo templo hace cuatro años.

La razón de este encuentro no era otra que asistir a la ceremonia religiosa oficiada por el arzobispo de Santiago en la que se procedió a la bendición de dicha imagen.

Como explicó el párroco, Arturo Lores, los actos litúrgicos de ayer eran también una buena oportunidad para "rezar" por cuantos atraviesan dificultades y sufren a causa del conflicto que se vive en Siria, ya que el mártir pontecesureño nacido en 1894, fallecido en 1936 y beatificado en 2007 vivió allí. Estudió árabe y perfeccionó sus conocimientos de italiano y francés en el Convento de Alepo, antes y después de ejercer como coadjutor parroquial en Knaye, también en Siria.

Fray Francisco Jesús Carlés González ingresó como postulante en el Colegio Franciscano de Santiago de Compostela siendo un niño. A los quince años de edad se fue a Chipiona (Cádiz), donde inició el noviciado. Una vez terminada la carrera sacerdotal, en 1917, fue ordenado presbítero en Córdoba, siendo su primer destino el Convento de Fuente Obejuna. Regresó casi dos décadas después, en 1935, tras su periplo por Jerusalén, Belén y Siria. Fue ajusticiado al año siguiente junto a otros religiosos por negarse a blasfemar.

Ayer se recordó todo esto en la iglesia pontecesureña, donde los feligreses rezaron por este mártir y beato del que, como queda dicho, ahora se muestran tanto las reliquias como una fotografía y su figura, ya bendecida.