El mercadillo solidario de Cea comenzaba a las seis de la tarde, pero una hora antes ya había gente esperando a que se abriesen las puertas de la casa de la cultura de la parroquia. Pese a coincidir en lunes, la de ayer fue una de las ediciones más exitosa de este rastrillo benéfico que organiza un grupo de voluntarios para ayudar a las familias más necesitadas.

El principal reclamo del mercadillo fue el regalo de ropa a todas las personas desempleadas que se acercasen a las instalaciones. En menos de tres horas se repartieron una veintena de cajas repletas de todo tipo de prendas. "Tuvimos que subir cajas que teníamos guardadas en la Rectoral del verano pasado", apunta Ana Rodríguez, una de las voluntarias volcada en esta labor altruista. Como ejemplo de la gran cantidad de ciudadanos que ayer se acercaron al mercadillo de Cea, incluso de fuera de Vilagarcía, los voluntarios -un total de nueve- comentan que debían turnarse para ir al aseo o salir a tomar un café. A las nueve de la noche seguían sin dar abasto. "No esperábamos que viniese tanta gente al organizarlo en lunes, pero vinieron más personas que algún fin de semana; fue una de las ediciones más exitosa", valora Rodríguez, muy agradecida tanto a los comercios y particulares que colaboraron con el mercadillo como a las personas que se beneficiaron del mismo.

Aparte del regalo de ropa, otro factor que contribuyó a que la casa cultural de Cea se abarrotase por completo fue el precio único al que se puso a todos los artículos, tanto nuevos como de segunda mano. Así, ropa, calzado, libros, juguetes, mochilas, toallas de playa, etc. se vendieron a un euro.