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La toxina paralizante se intensifica en el norte gallego y las lipofílicas se endurecen por el sur

La amnésica se despide de las rías, pero las prohibiciones de extracción deben continuar

Manipulación de mejillón en una depuradora de O Grove. // Muñiz

El episodio tóxico que afecta actualmente a las rías gallegas es habitual en primavera y no debe sorprender a nadie. Lo que sí resulta más llamativo es que coincidan al mismo tiempo la toxina paralizante (PSP), que ha entrado con fuerza esta semana por el norte; la amnésica (ASP), que hace dos semanas obligó a cerrar por completo las bateas de Vigo, Pontevedra y Muros-Noia, aunque ahora tiende a remitir; y las toxinas lipofílicas, entre las que destacan las diarreicas (DSP), que son las que ahora más castigan a las Rías Baixas.

La alternancia entre toxicidades es hasta cierto punto espectacular. Baste para entenderlo solo un ejemplo, y es que ayer se autorizó de golpe la extracción de mejillón en siete polígonos bateeiros de la ría de Vigo, tras comprobarse la desaparición de la ASP. Sin embargo sigue prohibida la extracción en seis de ellos, puesto que se dispararon los niveles de toxinas lipofílicas. Y lo mismo sucede con los bancos de infaunales (almeja, berberecho, navaja y demás), donde la ASP se marcha pero la DSP se acentúa.

Con este ir y venir de géneros tóxicos puede generarse cierto revuelo, aunque cabe insistir en que esto que popularmente se conoce como "marea roja" está controlado; no hay riesgo para la salud pública si el producto se comercializa y adquiere por los cauces reglamentarios.

En todo caso, para evitar confusiones, conviene recopilar datos y decir que hay once polígonos bateeiros cerrados en la ría de Vigo, diez de ellos dedicados al cultivo de mejillón y uno al de ostra. Por el contrario, está permitido vender y consumir el mejillón del Redondela A y del Cangas E.

Más sencillo resulta explicar lo que ocurre en Pontevedra y Muros-Noia, ya que están cerrados todos su polígonos, mientras que en Arousa están cerrados nueve (los de Ribeira y O Grove) y hay trece abiertos.

Especial es la situación en la ría de Ares-Betanzos, por aquello de haberse detectado allí la llegada a Galicia del actual episodio de toxina paralizante (PSP). El lunes obligó a cerrar los dos polígonos bateeiros y ayer esa misma toxina cerró una de sus zonas marisqueras.

También están cerradas cuatro de las cinco zonas de infaunales existentes tanto en Vigo como en Pontevedra, y la misma prohibición pesa sobre las tres de Muros-Noia.

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