Jornada laboral de lunes a domingo, un 15% de las horas a libre disposición de la empresa, movilidad funcional entre secciones y hasta cobrar una parte del salario en especie. Estas son algunas de las propuestas que según CIG plantea la patronal para el nuevo convenio colectivo del sector conservero que en Arousa afecta a unos 3.000 trabajadores -incluyendo las empresas auxiliares- y en el conjunto de Galicia a 12.000. Delegados de CIG de toda la comunidad se reunieron ayer en Vilagarcía para analizar la iniciativa de la patronal y coincidieron en la "indignación colectiva" que les produce un planteamiento "que se retrotrae a la época de Franco" al considerarlo "regresivo, retrógrado, irrespetuoso y discriminatorio", en palabras de Rosa Abuín, delegada del sector de alimentación de CIG-Salnés.

El sindicato nacionalista acudirá el 29 de abril a Madrid, fecha y lugar en los que se prevé el inicio de las primeras reuniones entre la parte empresarial y la social, pero CIG no irá a la capital a negociar, sino a exigir la retirada del borrador presentado por la patronal. "Queremos que se negocie sobre las propuestas de los sindicatos, y esperamos que Comisiones Obreras y UGT reclamen lo mismo", insta Abuín en un llamamiento a las demás centrales sindicales para lograr un rechazo unánime de la propuesta empresarial.

Negociación en Galicia

Según Abuín, la iniciativa de la patronal se resume en "trabajar más horas, producir más y cobrar menos". Así, el convenio que se plantea tendría una vigencia de cinco años, mientras que CIG apuesta por una duración de un año y por un "convenio gallego", que se negocie en Galicia y no en Madrid, teniendo en cuenta que el 90% de la producción y de los trabajadores de la conserva española se encuentra en tierras gallegas. La central sindical sospecha que implantando el proceso de negociación en la capital las empresas pretenden frenar posibles movilizaciones de la plantilla, ya que la distancia dificultaría las protestas.

El anterior convenio del sector conservero expiró en diciembre de 2014. La parte social reclama que este acuerdo se mantenga en vigor mientras no se pacta uno nuevo. CIG también plantea una subida salarial de 200 euros lineales por año, una reducción de 10 horas al año de trabajo, medidas que faciliten la conciliación laboral y familiar (más horas para consultas médicas y acompañamiento de mayores e hijos a los servicios sanitarios), excedencias por riesgos de parto o considerar el acoso laboral como una falta muy grave.

Equiparación salarial

Una de las reclamaciones más antiguas y de mayor importancia para la plantilla de un sector notablemente feminizado es la equiparación salarial entre el grupo 5 (mujeres) y del 6 (hombres). "Por poner un ejemplo, un hombre ayudante del grupo 6 cobra más que una mujer encargada de la conserva", apunta Rosa Abuín.

En cuanto a las propuestas de la patronal, siempre según la versión sindical, "tratan de disfrazar categorías y grupos para trabajar de todo, con movilidad funcional entre las distintas secciones". El incremento salarial para 2015 es inexistente y para los siguientes cuatro años, de un 0,5%.

Aparte de mantener los salarios prácticamente congelados en un sector "que no ha sido tocado por la crisis, pues las propias empresas dan a conocer sus beneficios" -recalca Rosa Abuín-, una de las iniciativas más llamativas del borrador que ayer analizaron en Vilagarcía los delegados sindicales es la posibilidad que recoge ese documento de que las empresas puedan pagar en especie a sus empleados. "Pagarían hasta el Salario Mínimo Interprofesional (648,6 euros) en dinero, y a partir de ahí podrán pagar en especie, por ejemplo en latas de conserva", concluye Abuín.