Punta Cabalo, en A Illa, es una zona poco batida por el mar y relativamente libre todavía de la acción humana. Dos factores que inciden en que sea un pequeño paraíso para el caballito de mar. En 2009 el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) estaba realizando una investigación sobre esta especie, y en el marco de la misma realizaron una suelta de varios ejemplares reproductores que los científicos habían obtenido precisamente en aguas próximas a Punta Cabalo, y de 10 que habían nacido en laboratorio. El objetivo era evaluar las posibilidades de recuperación de las poblaciones salvajes de caballito de mar, y el resultado fue muy satisfactorio.
Miquel Planas, que trabajó en aquel proyecto, recuerda que cinco meses después volvieron a la zona y que los buzos examinaron un área relativamente pequeña de 2.500 metros cuadrados, a pesar de lo cual avistaron más de una vez más de 30 por ciento de los ejemplares de la suelta. Un resultado muy bueno teniendo en cuenta que en muchos otros casos el conocido como "porcentaje de recuperación" apenas supera el uno por ciento. Así las cosas, el CSIC confía en seguir realizando investigaciones sobre el caballito de mar en su medio natural, y el propio Miquel Planas admite que Punta Cabalo es uno de los lugares en los que querrían trabajar.
Y es que aquella experiencia en A Illa formó parte de un proyecto más amplio que, años después, ha permitido al CSIC desarrollar una metodología que se considera óptima para la cría en cautividad del caballito de mar narizón. Se trata de una especie protegida -no se puede capturar en el medio natural ni traficar con ella- y cuyas poblaciones están en regresión, según los expertos, por lo que ha sido inscrita recientemente en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
El CSIC dirigió la tesis doctoral de Andreu Blanco Cartagena, que trabaja en el grupo de Biología y Fisiología Larvaria de Peces del Instituto de Investigaciones Marinas, en Vigo. La tesis se defendió en la universidad de las Islas Baleares y obtuvo una calificación de excelente cum laude. Miquel Planas Oliver, que dirigió dicha tesis, apunta que los resultados de la misma permiten tanto mejorar la cría del caballito de mar narizón en cautividad para los acuarios (el precio ronda los 65 euros por individuo) como mejorar "su conservación en el medio natural".
Así, los investigadores llegaron a la conclusión de que esta especie demanda acuarios con aireaciones intensas, 16 horas de luz y 8 de oscuridad y una temperatura del agua de entre 15 y 21 grados, dándose los mejores resultados en el guarismo más alto.
Esto podría explicar, según los técnicos, que el caballito de mar narizón no aparezca más al norte de las islas Británicas.
