El propietario del edificio ruinoso situado en la vilagarciana plaza de O Castro, que acumula 60.000 euros en sanciones del Concello por el mal estado del inmueble, ha vuelto a rehuir el diálogo con el alcalde, Tomás Fole.

Mientras el estado del catalogado edificio se agrava, obligando al Concello a cerrar el callejón anexo, y el gobierno local sigue esperando por el dueño, que alegó hace dos semanas estar de viaje en el extranjero, el entorno en el que se ubica comienza su esperado lavado de cara. Las obras de restauración de la plaza de O Castro comenzaron ayer con la retirada de los adoquines más próximos a la fuente, que serán sustituidos. La propia fuente volverá a lucir su mejor aspecto, recuperando el agua y estando adornada con luces de colores.

El Concello cuenta con una partida de 30.000 euros para esta obra que está previsto que esté finalizada en un mes y medio.