El Concello de Vilagarcía todavía no ha estrenado el Registro municipal de solares y edificios expedientados por incumplir las normas de la Ley del Suelo después de tres años desde su entrada en vigor. A pesar de la acumulación de casos de bienes inmuebles abandonados y deteriorados -un millar según los últimos datos del Instituto Galego de Estatística (IGE)-, el gobierno local todavía no ha recurrido a esta herramienta legal para expropiar o subastar ningún bien en esta situación.

La lista continúa vacía, pero cualquier propiedad privada que se incluyera en ella obligaría a su dueño a proceder a resolver la causa del expediente (abandono, deterioro, construcción incorrecta) en un plazo máximo de dos años. Transcurrido ese tiempo, la ordenanza, conforme a la Ley del Suelo y a las leyes autonómicas del mismo rango, plantea la posibilidad de expropiar o subastar el bien inmueble a su propietario, pasando a ser un bien municipal.

La ordenanza fue elaborada durante el anterior mandato municipal de PSOE y BNG, cuando Marcelino Abuín ocupaba el cargo de concejal de Xestión do Territorio. Por aquel entonces (año 2010), el edil socialista explicaba a FARO que su área tramitaba más de 200 expedientes por incumplimiento de la disciplina urbanística.

Para los casos de mayor gravedad, por ejemplo, los edificios con amenaza de derrumbe o los solares que generen focos de insalubridad, Xestión do Territorio diseñó este Registro de bienes inmuebles, que lleva años funcionando en otros ayuntamientos, como es el caso de Santiago de Compostela, en donde su aplicación ha conllevado un importante descenso de los casos de abandono.

Objetivos de la ordenanza

El preámbulo de la ordenanza hablaba de "fomentar los mecanismos jurídicos para garantizar el cumplimiento de los deberes urbanísticos de edificación y conservación del propietario". Y no solamente para cortar fenómenos especulativos, "sino también para conseguir la revitalización de zonas urbanas que presenten algún síntoma de degradación, preservar la imagen de la ciudad y garantizar las condiciones adecuadas de salubridad".

Lo cierto es que ni en los nueve meses posteriores, con el mismo gobierno, pero con distinto edil de Xestión do Territorio (Tania García sustituyó a Abuín tras su marcha), ni en los más de dos años del nuevo gabinete municipal presidido por Tomás Fole se ha estrenado esta normativa que, de hecho, ni aparece en el listado de ordenanzas publicado en la web del Concello.

El procedimiento que exponía era simple: si un edificio arrastraba un número exagerado de expedientes por incumplimiento de las normas, la Xerencia de Urbanismo procedía a incluirlo en el Registro, obligando al propietario a responsabilizarse del caso o arriesgarse a que, pasados dos años, pudiera perder su potestad legal sobre el bien inmueble.

En Vilagarcía hay, según el IGE, 1.004 edificios y casas en mal estado o deficientes, 28 de los cuales están en ruinas. Casos como el de O Castro (que parece ya ha sido encauzado tras la reunión de Fole con los dueños), el de A Mariña de Carril (restaurante Gran Sol), el del edificio catalogado de la calle de Vista Alegre o varias viviendas y solares abandonados del casco urbano de Vilaxoán, muestran las secuelas de la crisis del ladrillo y sus efectos sobre la imagen urbana de la ciudad. En algunos casos, los expedientes tienen una antigüedad de cinco años.