No son la panacea, pero "ayudan a salvar la temporada". El hecho de que los exámenes de conducir no se interrumpan en agosto supone un pequeño balón de oxígeno para las autoescuelas. Salvando las distancias con las épocas de bonanza en las que los centros se llenaban de alumnos deseosos de sacar el carné de conducir, las autoescuelas de Vilagarcía van capeando el temporal. Aunque aseguran que la posibilidad de abrir en agosto no es lo que les permite seguir en pie, sí reconocen que es una ayuda para paliar la caída de clientes. "Fue una medida muy acertada porque una empresa no puede estar un mes cerrada. Esperamos la llegada del verano como agua de mayo, aunque cada vez tenemos menos gente", lamenta el vicepresidente de la asociación provincial, Manuel Portas.