-¿En qué punto está actualmente la querella que presentó contra la dictadura franquista?

-Sé que se han presentado más, como la de una señora de Barcelona de 83 años. Cuando desplazaron a Garzón la obligaron a pagar las costas del proceso. Yo le pago el viaje a Madrid y que se presente en mi propia causa. No sé a qué llaman justicia en este país. No se puede hablar de justicia cuando a Garzón lo han enjuiciado los criminales. Manos Limpias son los herederos de la Falange Española.

-¿Está dando resultado toda esta lucha?

-Ya lo ha dado. Dio esperanza a la gente. Ya se han desenterrado restos de fosas del franquismo desde que puse la querella. Ahora mismo, conmigo hay miles de querellas más en Buenos Aires. Son 5.000 adhesiones y se nos ha unido Amnistía Internacional. Incluso hace escasos días Baltasar Garzón fue a declarar a mi juicio.

-¿Qué le gustaría que pasase al final de este proceso?

-Que mandasen a Argentina al suegro del ministro de Justicia (Alberto Ruiz-Gallardón), que firmó sentencias de muerte a garrote vil. Y con él deberían ir jueces y guardias civiles. Mandar no los mandarán, pero al menos no podrán salir de España nunca más. La justicia es lenta.

-Hay gente que opina que busca justicia, otros dirán que venganza. ¿Qué quiere para usted?

-¿Venganza? ¡No! Nunca la buscaría. No tengo interés económico: no pido indemnización, yo a mi padre no lo vendo.

-¿Y los que piensen que hay motivaciones políticas?

-Todos quieren que las haya y volver a lo de antes, a agarrar el fusil y pelearnos todos. No me interesa la política y a mi padre tampoco le interesaba. Le pidieron que se presentase a las elecciones porque nadie más quería. Dicen que era socialista, de libro no creo que lo fuera. Es una confusión de la gente para decir mentiras. Mi padre era socialista de aquí (señalando el corazón).