Alfonso Conde (en la foto principal de la información) es la viva imagen del esfuerzo de los primeros comuneros que hicieron posible que en los años setenta las viviendas de Bamio tuviesen agua. "Trabajamos mucho, hacíamos las traídas sábados y domingos, y todo a mano. Se llevaban los materiales a la espalda y a la cabeza hasta el monte, bloques y todo", recuerda.