Pasaban unos minutos de las 2,30 horas cuando la tranquilidad de la madrugada se vio alterada por completo en A Illa de Arousa. En la esquina en la que se unen la primera travesía de O Cantiño con el paseo del mismo nombre, uno de los puntos más concurridos del municipio durante el día, se registraba una explosión que dejaba totalmente destrozado el bar Galeón, un pequeño establecimiento hostelero cuyos propietarios regentan desde hace poco más de un año.

Las consecuencias de ese estallido fueron catastróficas para el interior del bar, y gracias a lo avanzado de la hora, solo se quedaron en inmensos daños materiales para el establecimiento y para la vivienda que se encuentra en el piso superior, vacía desde el pasado viernes, cuando sus inquilinos la dejaron para irse a vivir a otro punto del municipio. La explosión arrancó de cuajo todas las ventanas del establecimiento, alguna de las cuales voló más de veinte metros, cruzando todo el paseo marítimo, para acabar en el mar. Otras acabaron estrellándose contra las viviendas que se encuentran enfrente en ese pequeño callejón que es la primera travesía de O Cantiño.

La reacción de los vecinos nada más registrarse el suceso fue la de alertar al 112, que envió al lugar a las dotaciones de bomberos de los parques de Vilagarcía y Ribadumia, que se encontraron con unas llamas voraces que amenazaban con afectar al piso superior, y de haber habido viento en esos momentos, de extenderse a las viviendas adyacentes. La extinción duró poco más de un cuarto de hora, pero los trabajos de desescombro y eliminación de la ingente cantidad de humo que se acumuló en el interior del establecimiento se extendió hasta más allá de las cinco de la mañana.

Si dantesco fue el incendio durante la noche, el espectáculo que ofrecía el edificio con la llegada del día daba pavor, con las dos fachadas manchadas por el humo, mientras el interior estaba totalmente destrozado. Todo aquello que contenía plástico se encontraba derretido y los daños, aunque todavía no han sido estimados, se calcula que ascienden a varios miles de euros. El paseo marítimo quedó cubierto de cristales procedentes de las ventanas y a mediodía los operarios municipales se afanaban en retirarlos. A esos daños hay que añadir el humo que afectó a una vivienda adyacente, que afortunadamente, también se encontraba vacía esa noche, y que las llamas quemaron los cables del suministro eléctrico a todo el barrio, avería que fue rápidamente subsanada por los operarios de la empresa que gestiona el servicio. Agentes de la policía judicial de la Guardia Civil se personaron en el lugar para analizar las posibles causas por las que se registró la explosión y posterior incendio del bar Galeón, aunque las primeras hipótesis apuntan a que puede estar detrás un escape de gas, cuya acumulación en la cocina habría sido fatal al activarse alguna de las luces de las máquinas del interior del establecimiento.

Una de las primeras personas que alertó al 112 de lo que estaba ocurriendo fue la propietaria de otro bar cercano, Milagros Alfonso, que había cerrado las puertas de su establecimiento unos minutos antes de que ocurriese el suceso. "Escuchamos una explosión muy grande y pensamos que otro camión podía haber chocado contra nuestra casa, pero en cuanto abrimos la ventana nos llegó un fuerte olor a gas y ya vimos una gran humareda", explica. Otra pequeña explosión "lanzó las ventanas por los aires y ya vimos el fuego, menos mal que en esos momentos no había viento del norte, porque sino, en este callejón, hubiésemos salido todos por los aires". Los propietarios del establecimiento se encontraban ayer hundidos al ver como uno de sus negocios volaba por los aires.