El servicio municipal de emergencias y Protección Civil de O Grove tuvieron que emplearse a fondo para tratar de rescatar el mobiliario urbano destrozado por el temporal en la jornada del viernes. Y es que la marea llena, junto con el intenso oleaje provocado por los fuertes vientos, causaron importantes estragos en diferentes puntos del litoral.

Los más destacados se registraron en la emblemática playa de A Lanzada, donde la fuerza imparable de la naturaleza sirvió para arrancar una de las torretas o casetas de vigilancia utilizadas por los socorristas en temporada estival.

Ocurrió en las inmediaciones de Noalla, en los límites fronterizos de O Grove con el Ayuntamiento vecino de Sanxenxo, donde habitualmente se sitúa la base de los campeonatos de surf, longboard y otras especialidades deportivas similares.

La conjunción de la pleamar y el viento hizo que se erosionara la base de arena de la citada caseta de observación y se desplomará, siendo engullida por el Atlántico. Y lo mismo ocurrió con un trozo del acceso de madera que permite acceder desde el cordón dunar hasta la línea de playa, igualmente tragado por las aguas.

Hace semanas, cuando comenzaba, precisamente en A Lanzada, la campaña de limpieza de las playas de la provincia, para dejarlas en perfecto estado de uso y disfrute durante la Semana Santa, pocos deseaban que en lugar de jornadas soleadas en las que pasear por estos arenales o incluso bañarse en sus aguas iban a ser sustituidas por fuertes temporales y corrientes tan exageradas como la de que el Viernes Santo provocó los daños referidos.