El río Pequeno va camino de convertirse en uno de los cauces fluviales más contaminados de O Salnés. Este arroyo, que riega fundamentalmente las tierras de Tremoedo (Vilanova), y de Oubiña (Cambados), antes de desembocar en el Umia, recibe las emisiones de varias cañerías que proceden de los polígonos industriales de Tremoedo y de Sete Pías. Emisiones que no siempre salen limpias, según los residentes en los alrededores.

Los vecinos de Tremoedo denuncian que desde hace unas semanas llegan al arroyo unos vertidos de gasóleo de gran entidad, que forman manchas rojas que se pueden percibir a simple vista. Pero eso no es todo, pues también se quejan de que las administraciones no toman cartas en el asunto.

Uno de los vecinos señala que dieron parte a la Policía Local de Vilanova, pero que le contestaron que la competencia sobre los casos de contaminación fluvial es del Seprona o de Augas de Galicia. "Pero cuando llamamos al Seprona nos dicen que tenemos que dar aviso antes a Augas de Galicia, y cuando llamamos a Augas de Galicia nos dicen que recurramos al Seprona", afirmaba ayer un vecinos de la zona.

Están muy molestos porque al parecer el vertido de combustible se lleva produciendo durante varios días, y manifestaron sus sospechas de que procede de la actividad industrial de una nave situada en el parque empresarial de Tremoedo. No obstante, los afectados se quejan de que no es ésta la única agresión que sufre el cauce del río Pequeno. "Hay una tubería que los sábados por la tarde no hace más que echar agua del color de la leche", declaran los afectados. También responsabilizan de ese vertido a una de las industrias radicadas en Tremoedo.

Por ello, piden a las autoridades –ya sea el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, la Xunta de Galicia o los Concellos de Cambados o Vilanova– que tomen cartas en el asunto de una vez por todas e investiguen el origen de estos vertidos para sancionar con dureza a sus responsables. "En este río es que ya no queda nada. La flora y la fauna están desapareciendo y no hay quien aguante este olor a podredumbre", añadía ayer el denunciante.

También de Cambados

En esta ocasión, las sospechas de los afectados se dirigen a las empresas radicadas en Tremoedo, pero según la asociación de vecinos de la parroquia cambadesa de Oubiña y el Bloque Nacionalista Galego de esta localidad, el río Pequeno también recibe emisiones sucias del polígono industrial de Sete Pías.

De hecho, los nacionalistas llegaron a preguntar en el Parlamento autonómico por la situación de este arroyo. A mediados de octubre pasado, el BNG cambadés celebró una reunión junto al lavadero público de Oubiña, y afirmó que existen algunas canalizaciones de aguas pluviales del polígono de Sete Pías que, en ocasiones, arrojan algo más que agua de lluvia.

El Bloque le echa la culpa al Concello, por no dotar al polígono de una depuradora de aguas residuales, y el Concello responde que los vertidos son culpa de empresarios desaprensivos, y que cuando se reúnen las suficientes pruebas contra ellos son denunciados.