Los parques de Vilagarcía presentan una buena apariencia, con los árboles podados tal y como mandan los cánones de jardinería. Pero sin embargo, los restos orgánicos generados en las tareas de limpieza corren el riesgo de ser escondidos bajo la alfombra. Pequeñas cantidades de ramas y rastrojos han sido repartidos por todo el término municipal ante la imposibilidad de ser quemados de forma controlada, tal y como se hacía antes. Y es que ésta es una actividad que ha sido prohibida desde la Xunta de forma permanente, incluso en época de lluvias.

Así que el problema que se presenta es el siguiente. Mientras los encargados de parques y jardines han desarrollado, durante el pasado mes de marzo y este de abril sus tareas correspondientes, ahora no hay forma de deshacerse de los residuos de una forma que contente a todas las partes. Desde la concejalía de Medio Ambiente advierten de que “lo normal es que no se queme nada, es una práctica que se ha ido abandonando”. Práctica que, además, ha sido terminantemente prohibida desde el gobierno de la Xunta de Galicia.

Así que, ya que no se puede quemar, la otra opción que queda es el compostaje de la materia orgánica para crear abono. Pero aquí, según advierten desde la propia concejalía de Medio Ambiente, aparece un nuevo escollo, y es en la forma de realizar el propio compostaje. Mientras algunas voces hablan de realizar la actividad para conseguir un producto homologado, tal y como se promueve en las propias industrias especializadas, otras hablan de hacer el abono “tal y como se lleva haciendo toda la vida”, ya que lo que se busca es deshacerse de los restos de poda y no tener un compost para la venta.

Sin embargo, el conflicto puede incluso llegar algo más lejos, y es que algunos vecinos, sobre todo de la zona más rural de Vilagarcía, se quejan de que los restos de la poda han sido repartidos por fincas privadas, a las que sus dueños casi no acuden, pero que no son propiedad municipal. Incluso en el interior del recinto portuario o en las proximidades del colegio Vagalume hay montones de ramas acumuladas.

Este no saber qué hacer con los residuos ha provocado incluso algún episodio aislado de malentendidos entre los departamentos municipales de limpieza y de seguridad. El pasado 17 de marzo -con la prohibición de quema de rastrojos ya efectiva-, la Policía Local de Vilagarcía y el 112 recibieron varias llamadas alertando de un conato de incendio en Xiabre, concretamente en la zona de Pinar do Rei. Sin embargo, cuando los efectivos de seguridad llegaron al lugar señalado, descubrieron allí a algunos operarios del Ayuntamiento realizando una quema controlada de los restos vegetales de los parques y jardines.

A pesar de todo, lo más probable es que finalmente desde el Concello se acabe optando por el compostaje de los residuos orgánicos, una forma que, salvando algunos detalles, parece contentar a todos. Mientras tanto, los restos de árboles y arbustos de los parques del municipio se almacenan por doquier, a la espera de que desde el gobierno local se tome alguna decisión en firme en este aspecto.