La falta de aparcamiento sigue siendo, sin lugar a dudas, el punto débil de una villa que aspira a consolidarse como una de las principales ciudades de Galicia. A día de hoy, y pese a que en la Policía Local no cuentan con los datos actualizados respecto al número de plazas disponibles, la capital arousana cuenta con alrededor de 3.500 puestos de aparcamiento público en el entorno urbano, una cifra que incluye también los aparcamientos de pago.

Sistemas como la humanización o incluso la privatización de algunas parcelas cercanas al centro como la ubicada detrás del edificio de los juzgados han contribuido a la diminución de plazas en el centro que no ha sido contrarrestada con el acondicionamiento de las prometidas bolsas de estacionamiento en la periferia.

Los datos de la Policía Local reflejan que, como marca la tradición, la explanada TIR, la zona cercana a O_Ramal y la parcela exterior de Fexdega siguen siendo los focos que reúnen el mayor número de plazas y juntas suman más de 500.

En plena calle

A las plazas anteriores se le suman las existentes en las principales calles del centro y que desde hace ya unos años están supeditadas al rigor horario de la conocida como zona_azul. Además, la humanización de entornos emblemáticos como Rey Daviña, Arzobispo Lago, Arzobispo Gelmírez o Fariña Ferreño han disminuido más de la mitad de las plazas existentes que no han sido contrarrestadas con, por ejemplo, la demandada apertura de la parte trasera de Fexdega que aportaría más de 300 plazas de aparcamiento y permitiría seguir apostando por la necesaria peatonalización en el centro urbano.

A día de hoy, y adoleciendo de un asfaltado y lavado de imagen, la explanada delantera de Fexdega es el otro espacio que, junto con los aparcamientos de la zona de A Florida (Día y Lidl) acogen a otros 500 vehículos cada día.

Por otra parte, se encuentran las plazas disponibles en la zona de Os Duráns y en los lugares próximos a la estación de ferrocarril que, sin embargo, no contentan a todos los conductores. Algo muy similar ocurre, en esta línea, con las plazas existentes al lado de la playa de A Concha-Compostela, ya en dirección a Carril o en la propia explanada frontal del Museo do Ferrocarril.

Atendiendo a las cifras y teniendo en cuenta que el parque móvil de Vilagarcía ronda los 22.000 vehículos diarios, a día de hoy existe aproximadamente una plaza de estacionamiento por cada seis coches, una cifra que se dilata aún más los días de mercadillo en el que el ajetreo es brutal y donde la búsqueda de una plaza libre y gratuita provoca atascos tremendos en las principales entradas a la capital arousana.

De pago

De todos modos, y a diferencia de lo que ocurre en otras ciudades cercanas como Pontevedra, Vilagarcía no ha asumido aún que el futuro de la ciudad pasa por la peatonalización y, probablemente, por la utilización de los parques públicos de pago como son el de Plaza España, Xoán XXIII, O Cavadelo, el de McDonalds o el del centro comercial Arousa, la mayor parte de ellos abiertos las 24 horas del día.

Pese a todo, son muchas las voces discordantes con estas iniciativas que obligan a gastarse los euros en una época difícil y por ello esperan con ansia el Plan de Mobilidade que, si es que algún día llega a ejecutarse, promete amplias bolsas de aparcamiento en las partes externas de la ciudad y varias líneas de autobús regular que trasladen a los pasajeros hasta el centro. Para ello aún habrá que esperar y, además, concienciar a los ciudadanos de que la calidad de vida pasa por amplias zonas peatonales que no supongan un peligro por la circulación masiva de vehículos a motor.