Un incendio destruyó ayer una tercera parte de una granja de pollos situada en el lugar de Picón, en Xil (Meaño). Los propietarios de la nave la habían dejado el domingo por la noche acondicionada para la llegada de 14.000 pollos, que debía producirse hoy mismo.

Para ello, cubrieron el suelo de serrín y encendieron las estufas de la calefacción. Pero algo sucedió durante la madrugada, porque sobre las ocho y cuarto se inició un voraz incendio en la nave.

Fueron los propios propietarios de la granja los que dieron la voz de alarma, cuando escucharon el crepitar de las planchas de uralita a las que estaban empezando a llegar las llamas.

Uno de los responsables del negocio familiar, José Arosa, explicó ayer que ellos mismos acudieron a sofocar el fuego, ayudados por otros vecinos de Picón que se armaron de cubos y mangueras.

No obstante, no sería hasta la llegada de los Bombeiros do Salnés cuando se pudieron controlar las llamas.

Inicialmente, participaron en el operativo tres profesionales de la base de Ribadumia, a los que se les unirían poco después otros tres compañeros suyos de la subsede de Vilagarcía.

La actuación de los bomberos impidió que el incendio causase más pérdidas, aunque no pudieron evitar que unos 400 metros cuadrados de la nave -sobre un total de 1.200- se viesen seriamente dañados por el fuego, hasta el extremo de que la granja quedó destechada en una buena parte.

Si bien todavía no se ha podido determinar con exactitud el origen del incendio, las causas más probables son una incidencia eléctrica o una chispa provocada por el sistema de calefacción, que se habría extendido rápidamente por el serrín y por las planchas de poliuretano que completaban el aislamiento de las uralitas.

Por fortuna, en el momento de la combustión, los granjeros no tenían ninguna ave en el galpón, aunque José Arosa ya explicó que durante los próximos días no podrán trabajar -ni siquiera recibir a los pollos que debían llegar hoy- debido a las malas condiciones en que ha quedado la infraestructura.