Miles de personas de la comarca de O Salnés y de la Ría de Arousa se echaron ayer a la mar para homenajear a la patrona de los marineros. La Virgen del Carmen consiguió teñir de flores y de fiesta la capital del Albariño en un acto que cerró las procesiones marítimas más multitudinarias de la ría. El calor no consiguió minar los ánimos de los cambadeses que, desde primera hora de la mañana, se afanaron en confeccionar enormes alfombras florales en las inmediaciones del puerto de Tragove donde, a media tarde, se celebró la misa cantada por todos los compañeros fallecidos en altamar. Los festejos de Cambados no son ni tan institucionales como los de O Grove ni tan sentidos y multitudinarios como los de A Illa, pero consiguen atraer a cada año a miles de personas fieles a la devoción de la santa más popular de O Salnés.

Las celebraciones comenzaron al filo de las siete de la tarde cuando, al son de la música y arropada por feligreses y "amigos", la santa abandonó la sede de la Cofradía de Pescadores para dirigirse, por orillamar, hasta Tragove. Allí pisó el manto floral mientras se escuchaba la Salve Marinera que arrancó lágrimas de alguno de los presentes. El cura de Cambados, José Aldao, recordó a todos los marineros fallecidos e invitó a todos los presentes a una procesión marítima con la que no quedó atracado en Tragove ni una sola embarcación. Las sirenas acompañaron a la imagen hasta la boca de la Ría donde se depositó una corona de flores.

Vilaxoán

En la parroquia vilaxoanesa la falta de una procesión marítima, como sí se hizo en años anteriores, deslució en parte una celebración que siempre atrae la mirada de cientos de curiosos. La resaca de las Revenidas no impidió que los marineros de la zona honrase a su santa más querida que se paseó, entre aplausos, vítores y música de banda, por las principales calles del municipio.

Las flores se trasladaron a tierra y la Virgen vivió una de las jornadas más conmovedoras de los últimos meses una vez que las voces del coro entonaron, con todo Vilaxoán, la Salve Marinera.

Hoy, este pequeño enclave vilagarciano despide las celebraciones con una jornada en la que no faltará la alborada, la música de banda y el ya tradicional Vilaxoán Canta, un sello de identidad del que pocos pueblos pueden presumir pues a lo largo de la semana continúan los actos.