La Festa dos Callos de Meis, que se celebró ayer con un gran éxito de público, dejará paso a una veintena de celebraciones de tipo gastronómico que tendrán lugar en lo que queda de verano en O Salnés y Ullán. Algunas de estas citas ya son veteranas, como el "Albariño" de Cambados o la degustación del mejillón y el berberecho en Vilanova, pero muchas otras han proliferado en los últimos años, debido a su buena acogida entre público y turistas -casi todas estas fiestas reciben a cientos o miles de personas- y a que los propios sectores productivos las respaldan u organizan, ya que estas fiestas suponen una importante publicidad para sus productos.

Así, tras la Festa dos Callos de ayer, en Cambados aún exaltarán al vino albariño y a la vieira; en Vilagarcía, al vino albariño artesanal; en Ribadumia, al pollo y al pan; en Meis, aún celebrarán fiestas de degustación de la carne de potro y de la fabada; en Meaño ha ganado muchos adeptos el Encontro co Albariño de Autor; en Vilanova, celebrarán este año la fiesta del mejillón y del berberecho; en A Illa, el calendario aún reserva para vecinos y visitantes jornadas de exaltación de la navaja, del pulpo y de otros productos gastronómicos del mar; en Sanxenxo, se podrá degustar la ostra; y en Valga, la empanada, la caña y la anguila.

Además, los amantes de la buena mesa también podrán disfrutar en fiestas que si bien no son gastronómicas, sino religiosas o culturales, sí que son conocidas porque resulta tradicional degustar algunos productos concretos en ellas, como son la de Santa Marta -el pulpo-; la Divina Pastora -la sandía-; Santa Margarita -los mejillones y las sardinas-; o las Revenidas -las sardinas-. Y es que O Salnés se ha consolidado a lo largo de los últimos años como una auténtica "potencia" en fiestas gastronómicas.

El verano no ha hecho más que comenzar, pero ya se han celebrado fiestas como la del Tinto de Barrantes; el Pincho de Tremoedo; la Solla de Catoira; o los Churros de Pontecesures.

Meis, por su parte, cerró ayer con la degustación de los callos -era la edición 18- una semana de fiestas que tuvieron sus momentos álgidos en la Feira Labrega, el concurso de talentos "Porque ti o vales" y las celebraciones de San Benito y San Cristóbal.

Comensales de Marín, Portas o Vilanova

Algo que tiene la Festa dos Callos de Meis es que mucha gente que la ha visitado en alguna ocasión, repite.

Y eso queda demostrado con sólo darse una vuelta por el recinto del Campo da Feira, donde se montan las mesas de rancho, bajo tres grandes carpas. Así, por ejemplo, ayer acudió a Meis un grupo de ocho personas procedentes de Portas. Uno de ellos, Antonio Torres, señalaba que suelen acudir juntos a las fiestas de tipo gastronómico, y que ya son habituales de la cita con los callos.

Lo mismo decían otras ocho personas llegadas de Marín. Empezaron a ir a Meis hace cuatro años, por consejo del familiar de una de ellas, Maruja Núñez, que es un vecino de Paradela y que les recomendó encarecidamente que fuesen a probar los callos. "Nos gusta muchos el ambiente y desde entonces siempre repetimos", apuntó la mujer. Otro grupo, de cuatro personas, procedía de Vilanova. Valentín Fontenla contaba tras la comida que "llevo viniendo nueve o diez años, y si no puedo venir el día mismo, vengo en la víspera".

En general todo el mundo hablaba bien de los caños que se degustaron ayer, pero hubo algunas quejas porque en esta ocasión sólo se servía una botella de medio litro de vino por persona, cuando en ediciones anteriores lo servían los voluntarios por las mesas, y se podía tomar cuanto se quisiese.

La organización se mostró muy satisfecha con la asistencia y los resultados de la fiesta. Y es que se vendieron más de 5.000 raciones de callos, con lo que no sobró ni una cazuela de lo que los cocineros estuvieron preparando desde el sábado por la tarde.