Manuel Méndez / O SALNÉS

En invierno, cuando el viñedo "duerme" porque la savia apenas fluye, como tratando de descansar tras el agotamiento de la cepa después de haber dado a luz una nueva producción, se realiza la conocida como "poda de invierno". Llegada la primavera empieza la brotación en las vides. Es el momento de desarrollar una de las tareas fundamentales del año, la "poda en verde", que continuará ya, en diferentes fases, durante todo el ciclo, hasta apenas veinte días antes de la nueva recolección.

Básicamente, la "poda de invierno" sirve para dotar a la cepa de mayor vigor, y si se hace convenientemente garantizará un aumento de la producción.

Búsqueda de calidad

Por su parte, la "poda en verde" representa el mimo del viñedo, y su objetivo es alcanzar la máxima calidad de la uva, y del mosto posterior.

Es precisamente la "poda en verde" el tema central del curso formativo que la Asociación de Adegas do Salnés imparte en la subestación enológica de Leiro (Ribadumia) y en viñedos de los alrededores. Jesús Paz, el profesor que se ocupa de las clases, explica que en las cepas de formación -las nuevas- es fundamental extremar los cuidados y realizar a la perfección esa "poda en verde", pues de ello dependerá un adelanto de la primera cosecha, de tal forma que en lugar de esperar 5 años a que la nueva planta ofrezca su producto por primera vez, sólo habrá que esperar 4.

Plantas adultas

En las plantas adultas es donde mejor se diferencian las tres grandes fases existentes en la "poda en verde". En la primera de ellas se procede a la retirara de los "chupones", es decir, los brotes inútiles de la cepa que no ofrecerán fruto pero que sí la estarán consumiendo durante toda la campaña.

Hay que ganar luz

En la segunda fase, que se acomete en la actual época del año, se procede a deshojar la planta, quitando hojas que también consumen savia y sólo ayudan a reducir la luz, con los consiguientes perjuicios para el racimo, y se lleva a cabo también lo que se denomina "desniete", es decir, la eliminación de los brotes, tallos o vástagos pequeños que surgen de brotes del mismo año.

La última fase de la "poda en verde" es la del "despunte", el cual se efectúa cuando la vegetación llega al suelo. Tal y como explica el profesor Jesús Paz, hay que cortar esas ramas dejando una distancia mínima de 60 centímetros entre el último racimo y la tierra.

Preparada para el verano

"Con la poda de invierno se actúa para ganar producción, pero la poda en verde es fundamental porque es la que va a marcar la calidad del producto final", apostilla Paz.

Y todo porque con estas acciones "aumentamos la luz que llega a la uva y dirigimos la savia hacia los racimos -en lugar de perderse en hojas y brotes inútiles-, al tiempo que conseguimos que la planta resista mucho mejor las condiciones del verano", pues lógicamente, al tener menos vegetación necesita menos agua.