En la última década, la flota de palangreros asentada en la ría de Arousa se ha reducido a una séptima parte. De los 64 buques que estaban inscritos en 1998 se ha pasado a los 8 que en la actualidad tienen como puerto base a Ribeira, según datos facilitados por la Capitanía Marítima de Vilagarcía.

La razón se debe buscar en la finalización, en 1999, del acuerdo de Pesca entre España y Marruecos. Desde la asociación de palangreiros de Ribeira explican que dicha ruptura obligó a las firmas arousanas del sector a elegir entre el desguace de sus barcos o la participación en una sociedad mixta con empresarios marroquíes, lo que provocó que en algunos de los buques con bandera española pasase a ondear la africana. También hubo quién optó por desplazarse a otros caladeros, sobre todo del sur de África y por último, algunos arousanos vendieron sus barcos a empresarios foráneos, pasando a engordar la flota de otros países.

En el colectivo ribeirense siguen asociados empresarios cuyos barcos ostentan ahora la bandera marroquí. Barcos en los que, por general, los tripulantes gallegos comparten tareas con marineros marroquíes y de terceros países como Mauritania, Colombia o Indonesia.

De la construcción al mar

La asociación de palangreros coincide con la Sociedad Cooperativa del Mar de Ribeira al señalar que cada vez son menos los gallegos que eligen el mar como profesión. Aunque están convencidos de que la crisis de la construcción hará que muchos vecinos de concellos arousanos vuelvan a buscar en el mar su modo de vida: "Antes muchos marineros optaban por quedarse en tierra y trabajar en la construcción porque ganaba más sin tener que salir de casa durante los 2 o 3 meses que duraba la marea. Pero ahora, con la reducción de puestos de trabajo en este sector es posible que alguno se vea obligado a volver al mar".

La Sociedad Cooperativa del Mar coincide en la carencia de personal para mantener las tripulaciones en la ría de Arousa. En el caso de los palangreros, cada buque necesita entre 12 y 14 marineros para completar su tripulación, lo que obligó a muchos empresarios a contratar mano de obra inmigrante.

No es el único sector en crisis. Los datos de Capitanía Marítima constatan también una reducción en la flota de arrastre, aunque la merma es menor que en el caso de los palangreros. En la actualidad, hay 33 barcos con base en el Puerto de Ribeira, frente a los 40 de hace un lustro y los 48 de hace una década.

Sus empresarios, según la Sociedad, también tienen problemas para encontrar mano de obra. En este caso, cada buque necesita entre 7 y 8 personas para completar su tripulación.