Los organizadores aseguran que son 1.150 perros los que se cobijan en el recinto de Fexdega pero de que se trata de una feria canina sólo da fe los esporádicos ladridos de alguno que estaba algo incómodo en su jaula.

A la inteligencia innata de los canes se sumó ayer la gran dosis de concentración que todos ellos demostraban en cada acto. Ninguno salía de sus papeles y el que se preparaba para demostrar su belleza se contoneaba y el que tenía que demostrar sus capacidades, se esmeraba en hacerlo lo mejor posible. Nada de jaurías.

Fuera de la pasarela, los salones de belleza también ofrecían espectáculo garantizado. Cockers, mastines, pit-bull, San Bernardos, dogos o galgos, se dejaban peinar, recortar sus bigotes, hacer la pedicura, atusar las barbas de los fox terrier o pastores de Brie, haciendo las delicias de mayores y niños.

También alrededor de los cuadriláteros podían verse todo tipo de tiendas destinadas a las mascotas. Desde puestos de completos alimentos y piensos a los de correas y juegos, así como todo tipo de jaulas para transportar desde el más pequeño al más imponente mastín de los Pirineos.

En uno de los extremos se situó discreta "Saservi 21" que tanto público como mascotas miraban de soslayo, incluso de lejos. Su representante comercial, Miguel Ángel Lamas era consciente de que los servicios que vende no son los que generan más simpatía. Se trata de una empresa funeraria para las mascotas con un lema que se leía con gran claridad: "Si no lo has abandonado en vida, no lo hagas tras su muerte".

"Saservi 21", que lleva sólo cuatro meses en funcionamiento, ofrece honras fúnebres para todos los gustos y precios.

"Hay dueños de perros que quieren a sus mascotas como a uno más de la familia y les apetece conservar sus cenizas", indica Lamas.

Sin embargo, eso no es lo corriente. Lo habitual es que la empresa se dedique a la recogida a domicilio de mascotas fallecidas. Sus mayores clientes son las clínicas veterinarias.

El servicio se hace ahora imprescindible aunque queda mucho por hacer. Desde 2002, tras la crisis de las "vacas locas", la incineración es obligatoria y se prohíben los enterramientos en fincas, debido a problemas de salubridad o de contaminación de aguas subterráneas. El precio de un servicio de incineración normal puede rondar los 150 euros, aproximadamente, aunque influyen muchos factores.

Los que sí han demostrado que están muy vivos son los 60 perros de la Guardia Real que ayer realizaron una exhibición en la explanada de Fexdega y que cautivaron al numeroso público que se congregó en el lugar.

Durante el día de hoy se conocerán los ganadores de los concursos del fin de semana, tanto a nivel nacional como gallego.

Se espera que a lo largo de los dos días pasen por el recinto vilagarciano más de diez mil personas.