El muro caído en el cementerio de San Mauro sigue sobre los panteones tres meses después

El Concello de Pontevedra necesita el visto bueno de Patrimonio de la Xunta para poder arreglarlo | Algunas familias están molestas porque no pueden acceder a las tumbas

Vista frontal de la zona afectada y vallada en San Mauro.

Vista frontal de la zona afectada y vallada en San Mauro. / RAFA VAZQUEZ

En una de las jornadas de intensas lluvias del último fin de semana del pasado mes de febrero se produjo el derrumbe de parte del histórico muro del cementerio pontevedrés de San Mauro. Tres meses después, la imagen en la zona es la misma, con una serie de vallas que impiden el acceso por cuestiones de seguridad.

Pese a que el Concello de Pontevedra se puso en marcha desde el primer momento para poder solucionar el estropicio y arreglar el muro, pronto tuvo que frenar, ya que la construcción se encuentra afectada por Patrimonio de la Xunta de Galicia, que es quien tiene que dar la última palabra al respecto y autorizar los trabajos. Así pues, por el momento no parece que vaya a haber mucho cambio y que los cascotes seguirán sobre las tumbas que resultaron afectadas.

En concreto, en la zona vallada se encuentran cuatro panteones y otras cuatro tumbas a ras de suelo. De hecho, tal y como ha podido saber FARO, algunas de las familias afectadas ya preguntaron en la oficina del administrador del cementerio sobre cuándo se iba a solucionar el problema, ya que no pueden acceder a la zona en la que reposan sus seres queridos.

Según los nombres grabados, las tumbas y panteones pertenecen a las familias Juan Cot, Feijoo-Pereira, Hijos de José de Sa, Celso Mariño Ferreira y familia, viuda e hijos de Benito Ferreira y familia Prieto. Además, dos de las tumbas no tienen ningún nombre a la vista.

En cuanto el gobierno local disponga del informe favorable de Patrimonio de la Xunta se podrán llevar a cabo las obras.

Hay que recordar que el muro rodea buena parte de la zona primitiva del cementerio municipal y que su caída tuvo lugar tras unas intensas lluvias que pudieron provocar el corrimiento de tierras y el consecuente derrumbe.

Los cascotes son visibles también desde la zona del muro.

Los cascotes son visibles también desde la zona del muro. / RAFA VAZQUEZ

El cementerio de San Mauro fue construido en 1879 y abrió sus puertas el 1 de octubre de 1882 después de cerrasen todos los cementerios ubicados en los atrios de las iglesias de la ciudad.

Además de su riqueza arquitectónica, destaca por albergar las tumbas de personajes memorables, tanto figuras del mundo de la cultura, como de la política, artistas, personalidades relevantes en la historia de la ciudad y de Galicia: las hermanas Mendoza, Alejandro Rodríguez-Sesmero, Manuel Quiroga, Alexandre Bóveda, Josefina Arruti, María Victoria Moreno...

Pero el interior de la necrópolis de San Mauro tiene, además, un templo, el de San Mamede. Se trata de una pequeña iglesia del siglo XI que estaba en las cercanías del cementerio y que el Concello del alcalde Filgueira Valverde compró en 1967 y ubicó en el interior para que pudiera ser utilizada en actos de diferentes religiones, no solo la católica, de ahí que su puerta principal esté orientada hacia el naciente ni el poniente, como es habitual.

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