Marta Pazos | Directora de escena y actriz

“Es impresionante pensar que Lorca ya escribía en los años 30 unos textos tan rupturistas”

La pasión de la pontevedresa por el autor la ha llevado a dirigir “El público” con la Comedia Nacional de Montevideo

Marta Pazos.

Marta Pazos. / Vanessa Rábade

Se confiesa una enamorada de Federico García Lorca “desde siempre” y reconoce que trabajar dirigiendo sus obras le ha enriquecido tanto a nivel profesional como personal. La pontevedresa Marta Pazos, directora de escena, artista visual y escenógrafa, regresa al autor granadino de la mano de la prestigiosa Comedia Nacional de Montevideo (Uruguay) y lo hace con “El público”, espectáculo que puede verse hasta el 21 de abril en el Teatro Solís de Montevideo. En 2021 ya estrenó “Viaje a la Luna”, en el Teatre Lliure de Barcelona, y “Comedia sin título”, en el Teatro María Guerrero de Madrid, con producción del Centro Dramático Nacional.

– Es la tercera vez que dirige una obra de Lorca. ¿Es una enamorada declarada del escritor o ya lo era?

– La verdad es que he sido una enamorada de Lorca desde siempre, pero he de confesar que la trilogía de teatro imposible y la poesía que escribe en su viaje por Nueva York, Cuba y Argentina me fascinan. Es muy impresionante pensar que en los años 30 del siglo pasado Lorca estaba escribiendo unos textos tan sumamente bellos, providenciales, libres, rupturistas y tan actuales para nosotros.

– ¿De qué modo ha cambiado su visión/interpretación del autor a raíz de trabajar con sus obras?

–La maravilla de montar varias veces a una autora o autor es que te permite profundizar mucho en su obra y su contexto. El primer texto de él que yo monté fue “Viaje a la Luna”, que es un guión cinematográfico para cine mudo; por lo tanto es un Lorca sin palabras. Para mí, que trabajo la dramaturgia visual, fue el modo más orgánico de introducirme en su mundo pleno de símbolos e imágenes poéticas. Esto me permitió trabajar sus ideas desde un plano más abstracto y sirvió de preparación para dirigir la “Comedia sin título”, que es un texto incompleto, del que solo se conserva el primer acto. Fue un proyecto muy bello con un proceso muy transformador y cuándo la estrené lo primero que pensé es: Ahora sí, con veinticinco años de trayectoria como directora, y después de haber pasado por estos dos textos complejos, estoy preparada para bucear en “El público”, que es su texto más complejo, más personal, más desnudo, más oscuro y para mí más luminoso. He tenido la fortuna de trabajar en los tres proyectos con equipos talentosos y muy comprometidos con el arte y la vida. No se puede montar a Lorca de otra manera.

“El público” es una de las obras homoeróticas capitales del siglo XX. Lorca hizo una valiente radiografía de su debate interno sobre la vida y el teatro

– Siempre se ha dicho que Lorca era un adelantado a su tiempo, ¿es también “El público” una demostración de ese teatro revolucionario, arriesgado?

– “El público” es una de las obras homoeróticas capitales del siglo XX. Lorca hizo una valiente radiografía de su debate interno sobre la vida y el teatro. Se cuestiona el teatro que debía hacer (si un teatro burgués o un teatro comprometido) y el debate sobre si hablar abiertamente de su homosexualidad. Y habla de estos temas desplegando lo más sublime de su arte. Es una obra pionera y arriesgada; pues mira si fue arriesgada que escribir cosas así le costó la vida.

– ¿Qué es lo que le resulta más difícil en esta ocasión dirigiendo?

–Lo más difícil y laborioso ha sido el estudio del propio texto. Es un texto muy críptico. Es como un texto esotérico antiguo. Creo que no está escrita para que se entienda, sino para que atraviese a su público y le hable a partes de sí que ni siquiera conoce. Montarlo implica que tenemos que hacerlo desde ahí. Para mi la clave ha sido confiar en el proceso y entender que estar perdida era parte de eso. Y en el punto más oscuro se fueron aclarando las ideas. He contado con buenos compañeros en el camino: Paloma Lugilde, como documentalista en el inicio del proyecto que hizo un trabajo muy fino con toda la teoría lorquiana, y después Gabriel Calderón, que se encargó de la versión del texto que hizo un trabajo divino.

– ¿Cómo surgió esta propuesta?

– Recibí la propuesta de Gabriel Calderón el director artístico de la Comedia Nacional de Montevideo. Yo la conocía porque es una institución muy prestigiosa con 75 años de historia. En ella trabajó Margarita Xirgu muchos años y formó a muchos actores y actrices que aún hoy la tienen muy presente. Es un elenco estable formado por actores brillantes. Yo tenía en la cabeza hacer “El público”, así que cuando me llamaron no les podía decir que no.

– Ha dirigido tanto clásicos como contemporáneos, ¿por qué tipo de teatro tiene más predilección?

– Para mí no tiene sentido esta elección. Me interesa el teatro que me interpela, que me golpea y que me ofrece una idea de posibilidad, y eso en mi experiencia no está marcado por la época en la que fueron escritos.

– ¿Y el público en general? ¿A qué teatro responde mejor?

– El público en general está formado por personas muy diversas. Al igual que hay opciones teatrales muy diversas. Se suele hacer una relación entre el número de público que acude y la respuesta, pero para mí esto es erróneo. Es un juicio que además está relacionado directamente con el consumo. Sí puedo contestar a qué teatro respondemos mejor. Y yo también me incluyo porque también soy público. Respondemos mejor al teatro que está presentado en el contexto que le favorece. Si es un festival es importante, la curadoría de la directora o director del evento, las otras obras con las que está programadas. Por eso es fundamental el contexto dónde acontece el teatro. La relación directa entre el espacio, la obra y el público. Esto influye directamente en la recepción de la obra. Desde luego respondemos mejor a obras que están en sus hábitats naturales.

Voadora fue un proceso precioso que duró quince años en el que fuimos muy felices. Nos permitió crecer artística y personalmente

– Echando la vista atrás, y con una trayectoria tan completa, tendrá alguna espinita clavada sin cumplir...

– La verdad es que en este momento ya he hecho todas las espinitas que tenía clavadas y me siento mucho más libre, la verdad. Tener algo por cumplir genera movimiento porque te da una dirección, pero en ocasiones te genera desazón o ansiedad cuándo no lo consigues. Me siento privilegiada y agradecida por todo lo que ha venido y orgullosa de mí por todo lo que me lo he currado y no solo por la capacidad de trabajo, sino de la forma en la que lo he hecho: desde una forma de trabajar feminista y abriendo camino, que es una forma no siempre bien recibida.

– Voadora, con quien tantos éxitos y premios cosechó, culminó su andadura en 2022. ¿Qué motivó su disolución?

– Voadora fue un proceso precioso que duró quince años en el que fuimos muy felices. Nos permitió crecer artística y personalmente. Lo formamos personas con un compromiso muy profundo por el arte y tengo una gratitud inmensa hacia esta etapa. Su cierre respondió a un cambio natural de ciclo y lo festejamos con lo que sabíamos hacer, que era un espectáculo. Hay que cerrar a la altura de lo vivido.

– ¿Se plantea fundar otra compañía?

– He tenido compañía dos compañías en 23 años. Media vida literalmente. Las dos han ido muy bien pero ahora ese formato de estructura no es adecuado para acompañar el camino que está se está trazando en mi camino artístico.

– ¿Para cuándo Marta Pazos dirigiendo en Pontevedra?

– No lo sé, pero me encantaría.

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