“Me voy a buscar una ruina pero yo te mato”, amenaza un acusado de violencia machista

“Me estaba maquillando para ir a trabajar y como a él no le gustaba que me arreglara, cogió un spray insecticida y me lo echó en los ojos”, relató la víctima ante la Audiencia

El acusado de violencia machista, ante la Audiencia Provincial.

El acusado de violencia machista, ante la Audiencia Provincial. / F.M.

El acusado de pegar de forma habitual, amenazar, humillar, acuchillar, violar a su pareja, a la que supuestamente sometió a continuas agresiones y vejaciones durante su relación, escribió a la víctima a través de un mensaje de WhatsApp “que me iba a matar, me llamaba zorra y me decía que se iba a buscar una ruina, porque él me mataba”. Fue uno de los testimonios aportados por esta pontevedresa, que denuncia violencia machista, violaciones y agresiones físicas por parte de quien fue su pareja entre agosto de 2018 y octubre de 2019. La mujer guardó el mensaje en una captura de pantalla del teléfono.

En otra ocasión –relató– “yo me iba a trabajar y me estaba maquillando; como a él no le gustaba que me arreglara, cogió un spray insecticida y me lo echó en los ojos”, relató la víctima ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Pontevedra, donde ayer comenzó el juicio.

La Fiscalía pide para el acusado penas que suman más de 20 años de prisión, así como otros tantos de alejamiento, como autor de los delitos de violencia habitual, cinco de maltrato, uno de lesiones leves, uno de amenazas y un delito continuado de agresión sexual.

La víctima explicó ante el tribunal que el hombre comenzó a mostrarse violento porque ella se llevaba bien con su expareja y padre de su hija. En un primer episodio agresivo, motivado por esta cuestión, él le pegó y la arrastró por el suelo. Los golpes y las palizas comenzaron a ser continuas desde entonces, según relató la víctima.

La mujer llegó a acudir al médico con las costillas fracturadas, debido a estos golpes, si bien le dijo al médico que se había caído, por miedo al agresor.

Según consta en el escrito de acusación, en enero de 2019 el hombre golpeó a la víctima en la cabeza y le dio una patada en las costillas, un episodio por el que necesitó asistencia médica. También fue atendida en el PAC de A Parda el 21 de junio del mismo año.

“Me dio puñetazos y patadas en las costillas, pero le dije al médico que me caí”, relató la mujer, quien se mudó de ciudad para alejarse del agresor y ayer, en la Audiencia Provincial, declaró tras un biombo para no tener contacto visual con el acusado.

“Como si estuviera muerta”

A preguntas de la fiscal, la víctima aseguró que todas las relaciones sexuales que él iniciaba “por la fuerza” las acababa consumando, aunque ella no quisiera, y que incluso le introdujo objetos y le obligaba a practicar sexo oral. “Todo forzado; él era muy violento”, subrayó. Pasado el tiempo la mujer comenzó a ceder a estos abusos “como si estuviera muerta”. A preguntas de la fiscal, también aseguró que esto ocurría todos los días.

También contestando al ministerio público la mujer explicó que ella pagaba todos los gastos, ya que él no trabajaba, que incluso le daba dinero, y que el hombre trató de cortar sus vínculos “con todo el mundo, me quitó la autoestima, me quitó a mis amigos, mis redes sociales, yo tenía mucho miedo”, explicó, por lo que tanto ella como su hija tuvieron que irse de la ciudad y recibir tratamiento psicológico. “No confío en nadie, no tengo seguridad en mí misma, pienso mucho en el día de mañana, en mi niña, tengo mucho miedo por ella”, manifestó la víctima.

Fruto de estos episodios violentos la mujer estuvo varias veces de baja médica laboral y sufrió un aborto, como consecuencia de una de las palizas.

El escrito de acusación fiscal recoge que el procesado convivía con la víctima en su domicilio de Pontevedra junto con la hija de seis años de ella. La relación se mantuvo hasta diciembre de 2019.

El procesado: “Yo le tenía miedo a ella, me pegaba”

El acusado, quien comenzó su relato negando cualquier tipo de relación sentimental con la víctima, o que incluso llegase a hablar con ella, a los pocos minutos de iniciar este testimonio y ante las preguntas del tribunal sobre si entendía lo que se le estaba preguntando, corrigió su declaración para reconocer que sí fueron novios. A continuación, el hombre ofreció un relato de los hechos diametralmente opuesto al de la acusación. “Yo le tenía miedo a ella, me amenazaba y me pegaba”, afirmó el hombre, si bien admitió que nunca la denunció por ello. A preguntas de la Fiscalía, el hombre aseguró que siempre que mantuvieron relaciones sexuales fue porque los dos querían. Afirmó incluso que era ella quien le controlaba “por tema de celos”. “Yo tengo miedo de ella”, aseguró el acusado quien definió a la mujer como “controladora y celosa”. “Ella me perseguía por todas partes”, dijo, antes de relatar que en un encuentro en un bar donde él celebraba una fiesta como su familia, le tiró una copa encima y le rompió la camisa, todo ello por celos.

El acusado relató un suceso ocurrido ante un local de copas de Pontevedra, al que acudió a celebrar una fiesta con su familia, en el que según su versión ella lo amenazó diciéndole que “te voy a meter preso; si no vas a ser para mí no vas a ser para nadie, prefiero meterte preso”. A preguntas del ministerio público, el acusado negó que hiciese a la mujer una herida con un cuchillo, que le golpease alguna vez en las costillas, o que le dijese la frase “no quiero que nadie te mire”, que consta en la acusación. También negó que forzase a la mujer a mantener relaciones sexuales y aseguró que solo las tenían cuando ambos querían. Negó igualmente que la golpease, que tuviese sexo oral forzado, o que le introdujese objetos en la vagina. Igualmente rechazó haber insultado a la víctima con la frase “puta, zorra, que no vales para nada, que te pagan por follar”. La imposibilidad de contactar con dos de los testigos citados para esta vista obligó al tribunal a aplazar la continuación del juicio hasta el próximo lunes día 15.

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